Mi primo postizo
Fecha: 05/07/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: Alexa, Fuente: CuentoRelatos
... pero no quiero tirar a la mierda nuestra amistad. Te adoro, no sabes lo que me hiciste sentir. Descansa”
No tardé ni un minuto en obtener su respuesta: “Nada se tirara ¿Recuerdas cuando me decías que era mejor pedir perdón que permiso y quedarse con las ganas?”.
Alex sabía perfectamente cómo retarme, cómo hacerme pensar. Usó mis palabras en mi contra y en ese momento, lo decidí.
“Esta es mi ubicación, depto. F5, ya avisé en caseta que vienes”.
Me quité mi vestido, me puse bóxer de seda y un topcito, y sobre eso una batita coqueta rosa, apague todas las luces y solo deje una luz de noche en mi salita y recamara, lo escuche estacionarse. Sentí los peores nervios de mi vida, esos que se confunden con frío, me temblaba absolutamente todo el cuerpo, pero me paré frente a la puerta y la abrí.
Al abrir la puerta ahí estaba él subiendo el último escalón, sólo pude decir:
Alex, llegaste… -Lo besé profunda y apasionadamente sin dejarlo terminar, estuvimos así tal vez un par de minutos.
No quiero hablar, cabrón, quiero hacer lo que siempre nos contamos.
Perdimos mi bata en un momento, encontró mi pequeña pero sexy sorpresa y esa hermosa sonrisa de lado que terminó por derretirme, me admiró unos instantes, me tomó por la cintura y besó el cuello, mis tetas, mis hombros… El calor de su cuerpo desapareció el frío que sentí antes de su llegada. Estábamos embarrados uno al otro. Su animal era imposible de ignorar, la sentía contra mí, la tallaba sobre mi pubis. Mi ...
... top fue fácil presa de su deseo, se detuvo a observar mis senos, me dijo que eran perfectos y comenzó a besarlos con toda la lujuria que un ser humano podría guardar, primero uno y luego el otro, los besaba, los mordía, los apretujaba, yo me retorcía de placer, su saliva caliente humedecía no sólo mis pezones, sino mi vagina y mi cuerpo entero. Mi respiración estaba cada vez más agitada y ya no podía ahogar los gemidos que sus caricias me provocaban.
Me levantó de la cintura con mucha facilidad y me subió a la barra de mi cocina, separó mis piernas y mi bóxer no fue impedimento para hundir su rostro entre mis piernas, pasando su lengua caliente y desesperada por mis ingles y finalmente lamiendo lenta y pausadamente mi vagina, movimientos cortos y luego más largos. Sus manos pasaban por todo mi cuerpo, mientras su nariz acariciaba mi pubis recién depilado y su boca hacía maravillas succionando mi clítoris y lamiéndolo como el más delicioso de los manjares
– Alexa, estas deliciosa, estas riquísima. No sabes cuántas veces te soñé, imaginé tu cuerpo, tu olor, tu sabor… Eres mucho mejor de lo que esperaba.
Sus palabras me excitaron aún más, su respiración entre cortada, las palabras que apenas podía pronunciar y saber que me había soñado y deseado antes me volvieron loca, mi espalda se arqueó y sentí el primer orgasmo de esa noche, en su boca, en su lengua caliente que devoraba la humedad de mi vagina. Me bajé de la barra de la forma que pude, me temblaban las piernas, pero ...