1. Me cogí a la suegra de mi cuñada


    Fecha: 10/07/2025, Categorías: Incesto Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... leche y se tiende a mi lado, acompañando el reposo del guerrero.
    
    El receso del whisky y la ducha compartida con juegos de masturbación mutua, se insinúa, quiere aprovechar la lluvia para un segundo polvo. Separa las piernas, apoya las manos sobre la pared, echa el culo bien atrás para que entre en ella, tomada de la cadera voy al encuentro de su sexo, húmedo por dentro y por fuera, esperándome. Un par de sacudidas con el deseo chorreando por la piel. Gira la cabeza y pide:
    
    - Hmmm, se siente rico pero… no por ahí… (indica por donde). La quiero ahí, sentirte ahí…
    
    La invitación era más de lo imaginado, un regalo del cielo. La tensión, cuidad de nos resbalar en suelo mojado sumado a la forma impulsiva que me invade cuando me invitan al sexo anal, asirme de las caderas con fuerza apoyar la cabeza en el esfínter y empujar la cabeza del pene hasta entrarla toda dentro.
    
    - Ahhh, así no… más suave, mas despacio
    
    - Saca una mano de la pared para guiarla hasta el ano. – así sí, ves mas despacio…
    
    Sin salirme de su cola nos fuimos desplazando hasta que se apoya en el lavabo, sacando el culito más atrás, se ofrece para recibirme todo dentro. Avanzando despacio, de a poco, hasta tenerla toda dentro, culo grande se contradice con la estrechez “del marrón”.
    
    Menea las caderas para acomodarse al grueso pedazo que le entra, despacio vamos tomando buen ritmo, la vorágine de la calentura me hace perder las indicaciones de que fuera con cuidado, la cogida adquiere el contenido ...
    ... épico de un polvo algo brusco y salvaje. Ya perdió la esperanza de que atienda sus prevenciones, se aguanta el ímpetu y determinación de entrarle fuerte y profundo.
    
    Los gemidos y gritos de Esther se amplifican con la acústica del baño, nada más importa, ella está entregada, yo perdido en esa calentura atroz de tener a merced ese culo tantas veces deseado y ahora siendo su dueño, abriendo esas carnes que parecían tener poco uso.
    
    - Dale, dale! Acaba de una vez, me dueleee, dale, me estas rompiendo el culooo!
    
    El ruego incita al desenfreno, quisiera demorarme dentro la eternidad, sigue rogando y pidiendo que le acabe. La entrega dócil le hacía sentirme más fuerte de lo pensado, tampoco era cosa de lastimarla, pero debía dejarla con ganas de más.
    
    Con una mano atenazando la cadera y la otra tomada de los cabellos, echa la cabeza hacia atrás sin dejar de gemir y apurarme en acabarle.
    
    Una brevísima pausa, tomar impulso y lanzarme con todo ímpetu dentro del culo, a fondo, hasta el fondo, hasta que ese gemido ahogado que me suele venir cuando estoy con t oda la presión y necesidad de eyacularle. Un bufido como de un toro bronco, el envión la sacude, a punto de caernos y… - Me viene, toma, tomate mi leche. Ahhh
    
    Luego el silencio, un par de latidos bien el fondo, casi sin moverme, y el alivio de haber eyaculado con la vida escapando en esa leche que descargo en el fondo del ano.
    
    Sin soltarla, unos segundos de latidos dentro de ella. Luego sacar la pija de esa deliciosa ...