1. La señora que hace el aseo


    Fecha: 12/07/2025, Categorías: Hetero Autor: Ber, Fuente: CuentoRelatos

    ... el seguro por parte de su marido.
    
    También me enteré, por ella, que su “esposo” había registrado con su apellido a sus hijos, responsabilidad que me causó simpatía por su pareja, pero nunca he sabido si “la otra familia” del señor sabe de la existencia de esta relación con Mary.
    
    –Entonces el marido tuyo sólo va a darte el gasto... –dije socarronamente subrayando el “sólo”.
    
    –Sí, aunque también se queda en la noche… –afirmó dejando implícita la relación sexual y al continuar hablando la dejó explícita–, pero al segundo embarazo, pedí que me ligaran, porque no quería que me metiera “otro gol” –dijo sonriendo–. Aunque eso no se lo dije a mi marido y le sigo poniendo condón, como me sugirió la doctora del seguro.
    
    –¿Y te es suficiente con esas pocas visitas conyugales? –pregunté al sentir las feromonas que ella desplegaba.
    
    –Pues con eso debo conformarme, porque si ando con otro me quedo sin su apoyo económico –confesó sonrojándose.
    
    –Bueno, eso está bien pensado –asentí–, pero ¿lo harías si él no se diera cuenta? –pregunté pasando el dorso de mi mano sobre la suya.
    
    –¡Ay, ya tengo que ir con mis hijos! –exclamó retirándose de inmediato y tomó su bolso para marcharse –, es que mi hermana tiene que atender un asunto y me pidió que llegara a tiempo. Adiós.
    
    Al retirarse de improviso, me dejó sin saber si se había molestado o si podría haber algo más y simplemente había coincidido con la hora de su partida. A las dos semanas volvimos a coincidir, sin sus hijos, y ...
    ... quise salir de la duda.
    
    –¿Me dejas tomarte una foto para estrenar mi cámara? –le pregunté, mostrándole la cámara que había adquirido cuando la luz del piloto avisó que la batería estaba cargada.
    
    –Sí, pero ¿por qué conmigo y no con una de las amigas que a veces vienen a verlo? –me espetó a bocajarro.
    
    –¿Quién te ha contado eso? –pregunté suponiendo que mi vecina, la voyeur del 104, había “soltado la sopa” y a ella se lo habría contado alguna de las otras domésticas que atendían en el edificio.
    
    –Nadie, pero a veces me he encontrado algunas prendas de mujer, o en la basura de los baños cosas que usan las mujeres y condones usados… –dijo en tono acusador y recordé el “escándalo watergate”.
    
    –¡Ah, caray!, ¿ahora debo explicarte por qué tu foto y no las de ellas? –exclamé–. A ellas se las tomo desnudas, o me las envían como les guste que las vea, y tú nunca las podrás ver porque sé cuidar la confidencialidad –concluí en tono de indignación.
    
    –Perdón, no se enoje, no era mi intención molestarlo –dijo en tono apenado.
    
    –No te preocupes, tendré más cuidado cuando alguna borracha deje sus pantaletas olvidadas –dije y guardé la cámara en el estuche donde la había desempacado.
    
    Ella miró con desconsuelo mi molestia y viéndome a los ojos, esbozando tenuemente una sonrisa me dijo.
    
    –¿Entonces ya no quiere tomármela? –preguntó manteniéndome la vista y poniendo su mano sobre la mía que cerraba el estuche–, aunque no sea como se las toma a ellas… –concluyó cambiando la ...