1. De casualidad


    Fecha: 13/07/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femerba, Fuente: CuentoRelatos

    Llegado el fin de semana, decidimos salir de casa para cambiar de ambiente. No teníamos nada programado, así que salimos a darnos una vuelta por ahí y relajarnos de la rutina diaria. Sin algo especial en mente, la verdad es que estuvimos abiertos a pasar el tiempo entretenidos en lo que la vida nocturna nos ofreciera.
    
    Fuimos a visitar una zona muy frecuentada de la ciudad. Caminando por el lugar, nos llamó la atención entrar a un bar, tomarnos unos tragos y escuchar música. La iluminación era muy tenue adentro y el ambiente muy cálido, de manera que nos agradó a la primera impresión.
    
    Para nuestra sorpresa, muy al fondo del lugar, además de música, los televisores proyectaban cine rojo y había muchas parejitas conversando, muy juntitas y al parecer muy enamoradas. En principio nos pareció el lugar equivocado, pero decidimos quedarnos y pasar un buen rato. Además, las películas eróticas que se proyectaban le daban cierto encanto al hecho de estar allí y ciertamente resultaban excitantes.
    
    Sin embargo, más tarde, simplemente nos pareció monótono el ambiente y decidimos darnos una vuelta por otro lugar. Abandonamos el sitio un tanto excitados por la impresión que las películas habían causado en nosotros, pero, sin nada especial para hacer, empezamos a deambular por las calles sin rumbo fijo. Veíamos gente por doquier y disfrutábamos de la vista.
    
    Nos llamó la atención otro bar, muy bien decorado e iluminado, así que decidimos entrar. Al igual que el anterior, el ...
    ... lugar tenía luces muy tenues, y, como entretención para adultos, se presentaban shows de striptease. Nos gustó la presentación que allí se estaba dando, así que nos acomodamos para pasar el rato. Pedimos bebidas y snacks y nos dispusimos a terminar de para la noche.
    
    Habrían pasado tres shows cuando, en medio de la penumbra, nos pareció identificar una figura conocida en medio de las personas que ingresaban al lugar. Se trataba de un hombre negro, que, con tan poca luz, todavía más oscuro se veía. El tipo recorría el sitio, mirando con detalle, de mesa en mesa, a todas las personas que estábamos ahí. Y no tardó en llegar hasta nosotros. Al vernos puso cara de sorpresa y atinó a decir, admirado, ¡mire donde los vine a encontrar!
    
    ¡Hola! Dijimos mi esposa y yo al unísono. ¡Qué casualidad! ¿Qué haces por aquí? Hace días estaba con la intención de visitar uno de estos sitios y vine a darme una vuelta por estos lados y ver si ligaba algún programa. Y parece que estoy de buenas porque me los encontré a ustedes, comentó. ¿Los puedo acompañar? Sí, claro, respondí, mirando a mi esposa, quien no puso ninguna objeción. Wilson, su corneador habitual, y que casualmente llegó a ese lugar, rápidamente se ubicó al lado de ella y, hablándole al oído, le empezó a conversar.
    
    Supuestamente estábamos entretenidos observando a las muchachas en los shows, pero aquellos, mi esposa y Wilson, bien pronto decidieron buscar su propia entretención. Cuando medí cuenta, ya mi esposa estaba inclinada ...
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