1. Tuve que decir adiós, con la braga todavía empapada por ti


    Fecha: 15/07/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... dentro de mí hasta que con varios gruñidos seguidos de un grito masculino te corriste, sintiendo como me llenabas la vagina con cinco chorros de tu semen, que se unieron al mar de flujo que habías provocado.
    
    Mis piernas resbalaron de tus hombros, tu cuerpo se fundió con el mío, mis pechos sudados se juntaron con tu piel, tu polla resbalando fuera de mi coño y nuestros fluidos saliendo de mí mojándome los muslos y empapando el cojín. Te besé, te dije con tus labios en los míos, un te quiero, con ganas de repetir lo que acabamos de hacer, con las ganas de que me volvieses a follar y entonces un ruido, como un golpe lejano, cada vez lo oía con más nitidez…
    
    -¡Joder!
    
    El ruido de unas ramas golpeaban con fuerza mi ventana, llovía y hacía un viento infernal, eran las cinco de la mañana y me había despertado sobresaltada exclamando aquel exabrupto y como un resorte me levanté con el corazón latiendo sin parar, estaba nerviosa, confundida, tremendamente… excitada.
    
    Mis ojos empezaban habituarse a la oscuridad de mi habitación, miraba con nerviosismo a mi derecha donde yacía desnudo… mi novio, había sido todo un sueño… solo un sueño, mi novio dormía plácidamente sin inmutarse de lo que me acababa de ocurrir, yo misma no daba crédito, pero lo que sí es cierto que acababa de tener un orgasmo en toda regla, mis bragas, incluso las sábanas de mi cama estaban mojadas, nunca me había pasado algo parecido, nunca un sueño había sido tan real, ...
    ... nunca una vez despierta lo recordaba como si lo hubiera vivido, recordando olores, sensaciones… caricias y besos.
    
    Me tapaba la cara con las manos resoplando, sonreía nerviosa todavía con las piernas temblando y mi vagina llena de fluidos, me sentía tan feliz a pesar de estar a escasos centímetros de mi novio, me tumbé nuevamente en la cama con las piernas abiertas, las cerraba con fuerza y abría nuevamente, te soñaba encima de mí, sentía lo que acabas de hacer en mis sueños y volvía a sonreír y volvía a llevarme las manos a la cabeza, pero poco a poco la culpa empezaba a ensombrecer aquel momento, tanto que deje de sonreír… tanto… que miraba a mi novio con la culpa de haberle traicionado… tanto que me sentía profundamente avergonzada y a pesar de todo... te seguía queriendo.
    
    Me levanté para prepararme una taza de té, miraba como llovía detrás del ventanal del salón, en una mano la taza de té y en la otra el móvil con tu imagen, aquella que me enviaste, aquella que te dije que había borrado. No paraba de pensar, de darle vueltas a la cabeza, estaba entre dos hombres sin saber qué hacer, buscando un motivo para dejar a mi novio… buscando un motivo para decirte adiós.
    
    El teléfono sonó a las seis de la mañana a 360 kilómetros.
    
    —Hola mi amor… gracias por hacerme el amor esta noche...
    
    —Gracias por haberme hecho tan feliz…
    
    —Gracias por ser como eres…
    
    —Adiós…
    
    Colgué el teléfono, borré la fotografía y seguí mirando como llovía. 
«1...3456»