1. La taxista


    Fecha: 15/07/2025, Categorías: Hetero Autor: Aizpurua, Fuente: CuentoRelatos

    ... Ella tomó su miembro y lo acarició:
    
    — Ohh… —el supervisor lanzó un ligero gemido.
    
    Ella comenzó a masturbarlo, con su mano derecha. La mano sacudía el miembro rítmicamente, eso comenzó a producir un efecto y aumentó la erección. El cerró los ojos, dejándose llevar por los estímulos. Ella se complació por el resultado de su acción y vio el pene erecto. Aún no era tan espectacular como el del policía, pero estaba bien. Continuó, pero adicionalmente, acarició sus testículos con cuidado. Aquella aumentó el placer, e hizo que cerrara los ojos. Luego de un momento, pasó a hacer la felación. Se inclinó más y se lo metió de la boca. Comenzó a chupar suavemente el miembro, el placer no se hizo esperar:
    
    —Aaaahhh… que bien. —el supervisor cerró los ojos, mientras su respiración se aceleraba.
    
    Ella lo degustaba con calma. Posó las manos cerca del cuerpo de miembro, así poder hacer mejor la felación. Abrió sus piernas, para poder apoyarse mejor en el piso, relajó la espalda y esto la arqueó. Así la hermosa taxista quedó en una sensual pose, mientras ejecutaba la felación:
    
    —Oooh… mierda. —el supervisor la contempló y eso aumentó su excitación.
    
    Ella se dio cuenta de la miraba y le devolvió el gesto. Continuó chupando el miembro, mientras lo miraba detenidamente. Chupaba con suavidad, se ponía el glande entre sus labios y con cuidado engullía, acariciando el resto del miembro con los labios. Luego hacia lo mismo al revés, el pene era succionado con suavidad. La felación duró ...
    ... unos segundos más y se detuvo:
    
    —¿Tienes condón?
    
    —Eeehh… sí. —estaba jadeando, dedujo lo que seguía.
    
    Abrió un cajón, metió la mano y hurgó desesperadamente. Estaba lleno, porque se escucharon muchos papeles y cosas moviéndose. Luego de un momento, lo consiguió y lo levantó con un ridículo gesto de triunfo:
    
    —Dámelo… —dijo ella, mientras lo tomaba.
    
    Dio unas mamadas más, para luego abrirlo y ponerlo cuidadosamente. Reviso que estuviese bien puesto, dio otra mamada y vio que sabía a naranja. Se puso de pie, para luego levantar una pierna y pasarla por encima de las de él. Se iba a sentar sobre él, para la penetración:
    
    —Ohh… sí. —El supervisor estaba emocionado.
    
    Ella estaba de pie dentro de su guardia. El sexo de Taissa quedó frente a él, y no se resistió a tocarla. Acarició sus labios vaginales con las yemas de sus dedos. Ella cerró los ojos, mientras disfrutaba de ello momentáneamente. Luego ella procedió a inclinarse lentamente, para ser penetrada.
    
    —Espera… —dijo él, manipulando su miembro «enguantado», para que acoplase bien. Puso la glande en la vagina de la chica:
    
    —Ok, listo.
    
    Taissa terminó de bajar lentamente y fue penetrada. Estaba excitada, pero no del todo lubricada, por lo que hubo complicaciones:
    
    —Uuugh… —Ella gimió más por incomodidad, que por placer. Afortunadamente el lubricante del preservativo, pudo asistir a ese inconveniente. Ella lentamente fue subiendo y bajando mientras el pene entraba y salía. Tampoco el preservativo ayudaba ...