Ese mundo habanero (cap. 6): Ramiro y Roger
Fecha: 17/07/2025,
Categorías:
Gays
Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos
En una de mis paseos por la capital pasando por el Parque Central, alguien me llamó, era Ramiro, aquel mulato grande del cumpleaños y donde yo fui el regalo que José le llevó.
- ¡Cuánto sin verte! Levantaste la pata y nadie te ha visto más.
Me dijo sonriente. Claro que era cierto, después de aquella noche me perdí como acostumbraba cuando alguien me trataba así como lo había hecho José, pero Ramiro no tenía la culpa de nada. Me preguntó que si estaba apurado, le dije que no y nos fuimos caminando hacia Prado. Me contó que José había preguntado por mí y yo, pues le contesté que él sabía cómo localizarme, que eso de preguntar era un cuento. Por supuesto que no ponía en duda lo que Ramiro me decía, sólo le quería aclarar cuál era la verdadera posición de cada uno. Ramiro comprendió y no volvió a mentarlo más, aunque sí ironizó.
- ¡Bueno, yo estoy contento de haber encontrado mi regalo! ¡Es que lo había perdido! – me dijo dándome un abrazo.
Nos fuimos a una casa donde había una fiesta, cuando entramos después de saludar y de presentarme a algunos, me aclaró que había muchos extranjeros allí, que todo con preservativo porque con esos no se sabía nada seguro. Bebimos y charlamos un rato, el dueño de la casa vino a nosotros.
- ¿Qué bolá? Está esto bueno hoy.
- Veo que tienes el garito lleno. - dijo Ramiro. - ¡Mira, te traigo algo bueno!
Me miró el dueño de la casa que ni me acuerdo cómo se llamaba.
- Lo importante es que sea buena maricón, ya ves, los ...
... bugarrones los tenemos, por ahora hay dos pasivos con este.
Se disculpó porque alguien lo llamaba, yo le pedí explicaciones a Ramiro.
- ¡Oye! ¿qué coño pasa?
- Mira, aquí se reúnen los turistas, pagan fulas y singan...yo estoy en la lista de los activos, me quiero ganar algunos fulas. Tú puedes ganar algo también, después nos vamos juntos.
- Pero..., pero....
- A ver, esto no es obligado, vienes y aceptas, si aceptas pues aquí tendrás un sitio pa que te den pinga y ganes algo. Eso sí, me lo dices porque no quiero quedar mal con Papito, el dueño de esto. A veces tienes suerte y singas y el turista se queda toda la noche contigo, hay días que me singo a tres o dos, depende porque esto tiene sus mañas. Te he visto cómo aguantas en la singueta y como lo gozas, eres una mina de oro, así que mejor dime que sí.
Me proponía que me prostituyera, estaba claro, había habitaciones para los que quisieran irse a singar. Me quedé porque de todas maneras ya había llegado hasta allí. Papito pasó por la sala hablando con los cubanos que había poniendo lacitos rosa a los pasivos y azul a los activos. A mí me llevó hasta el fondo para mostrarme un dormitorio, donde había una cama, una mesita de noche con preservativos, lidocaína y otras cremas, una lata con agua para si tenía que hacer algo a modo de baño, después me mostró la ducha, había varias pero era para todos.
- Mira, sé que eres nuevo en esto, ahora todos en la sala y sí alguien se decide por ti, pues ya sabes adonde tienes ...