1. Ese mundo habanero (cap. 6): Ramiro y Roger


    Fecha: 17/07/2025, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... vino. Respiré con alivio cuando vi que ya no tenía la pinga parada, eso significaba que se iría.
    
    Roger entró casi cuando se abrió la puerta. Yo seguía en la cama tendido, desnudo, los condones por el suelo. Roger se desnudó y se acostó a mi lado, al rato me hizo volverme, abrir las piernas y empezó a hacer algo que no esperaba: a mamar mi culo recién singado, claro que al comprobar que tenía crema, se levantó y humedeciendo la toalla me lavó y regresó para dar lengua en mi culo. A Roger le gustaba, lo tenía claro porque los anteriores habían singado y ya, a lo macho, sin mucho miramiento.
    
    - Roger...
    
    - Sí, tell me.
    
    - Fuck me, please.- le dije
    
    Él me complació, esta vez no fue como la anterior, sino más pasional, más despacio. Parecía que quería demostrarme que la primera vez había sido un impulso, una rabia contenida. Al rato me hizo sentarme sobre él, nos abrazamos y me besó metiendo su lengua en mi boca. Singaba rico el yanqui. Se vino pero seguimos jugando los dos, no se vino por tercera vez pero seguimos singando. Cuando se fue me dio la dirección de su hotel para que fuera a verle, me regaló cien fulas diciendo que no le dijera a nadie, me besó y se fue. Cuando salí pues le dije a Papito que ya no podía más, que me iba, quiso convencerme pero le dije que no podía más, me dijo:
    
    - Mira ya tienes cincuenta fulas, si te singas a uno más, te doy otros cincuenta y quedamos en paz.
    
    Le dije que no, me dio el dinero de mala gana, cincuenta, pero que hideputa, ...
    ... seguro que se había metido tremenda cantidad y a mí me daba aquello. Le pregunté por Ramiro y me dijo que estaba adentro. Salí a la calle, el fresco de la madrugada me reanimó, me fui al malecón, pensaba que no estaba mal la cosa. Había singado, había salido con 150 fulas y había conocido a Roger, pero la idea de regresar a aquel sitio no me apetecía mucho.
    
    En la calle me dirigí al malecón pues todavía era de madrugada, no habría ningún transporte hasta el amanecer. Como de costumbre en el malecón había gente, es el sitio de la capital más concurrido sobre todo por la noche, como si la ciudad no durmiera nunca. Al rato se pareció Ramiro, venía sonriente.
    
    - ¡Oye, niño, qué dejaste aquello encendido!
    
    - ¿Pero qué se pensaba ese que iba a estar allí toda la noche poniendo el culo? ¡Oye, que no es de goma!
    
    Ramiro rio como él sabe hacer, me tiró el brazo por el hombro y me dijo, al oído.
    
    - Lo sé, papo, lo sé... para mí es duro porque si me vengo pues ya, tengo que esperar para que se me pare de nuevo, por suerte mi tranca siempre está dura, LPV... bueno, y lo tuyo, pues nada, tú te abres y ya, puedes meterte todo lo que venga... pero sé que eso cansa.
    
    - ¡Coño un alemán me singó como una bestia!
    
    - Pero con el americano te pusiste las botas ¿no?
    
    Ya Ramiro estaba al tanto del americano y de que repitió conmigo. Le conté y me dijo, que se lo habían dicho, que pocas veces el americano repite con alguien, que va y singa pero con diferentes, pero conmigo pues pidió ...
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