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El nuevo curso (II)
Fecha: 19/07/2025, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos
... cerrados contra sus ojos y trató en vano de serenarse, de mantener a raya sus emociones y rebajar las expectativas que tenía respecto a su nuevo ligue. Estaba a punto de recoger la mesa, transcurridos tres cuartos de hora, cuando tres estridentes timbrazos aceleraron su ritmo cardíaco. Se cercioró de que era su amigo gracias a la cámara del interfono y en cuanto escuchó sus pasos subiendo las escaleras abrió la puerta de un tirón, a pesar de que apenas había comenzado su ascenso y tardó todavía unos cuantos minutos en alcanzar el tercer piso. Con una reluciente sonrisa en la cara que parecía iluminar esos inocentes ojos azul claro presentó delante de Damián una caja negra de pastelería, que se hizo a un lado para dejarle pasar mientras su amigo se la ponía en las manos. –Siento el retraso. Pensé que debía traer algo para el desayuno y me acerqué a una pastelería de por aquí a comprar esto. –¡Oh! No tenías que haberte molestado, en serio. Muchísimas gracias. –Dijo con fervor estrechando la caja entre las manos. Un olor dulce y afrutado emanaba de ella, consiguiendo que el estómago de Damián rugiese y empezase a salivar anticipándose. A pesar de las ganas que tenía de abrirla la dejó con cuidado en la mesa y encendió el fuego para poner la cafetera. Los brazos de Enrique le rodearon por detrás y notó como le besaba en el hombro, el punto más alto al que llegaba sin ponerse de puntillas. Cuando la cafetera empezó a funcionar y a esparcir un delicioso aroma a café ...
... recién hecho Damián volvió a la mesa donde ya esperaba sentado Enrique, quien le contemplaba algo nervioso. Los hoyuelos de Damián se acentuaron cuando ensanchó su sonrisa mientras abría la caja de pastelería. –No sabía cuál te gustaría, así que he cogido dos de cada –soltó Enrique antes incluso de que su amigo terminase de abrir la caja. Dentro doce grandes rosquillas de diferentes sabores aguardaban en perfecto orden. Desde los clásicos de azúcar glaseado y chocolate hasta unos con cobertura de lima y coco. Olían de maravilla, imponiéndose incluso al olor a café tostado. Sacando uno de los clásicos Damián dio un mordisco al suave bollo y parte del azúcar quedó pegado a sus labios rosados. Enrique suspiró con alivio por haber acertado y le pasó el dedo por los labios para recoger el azúcar. –Muchas gracias por los bollos, están de muerte. Me tienes que decir dónde les has comprado. Enrique asintió sonriendo, pero no pudo responder pues la cafetera eligió ese preciso momento para empezar a silbar de la manera más estridente posible. Damián la retiró rápidamente del fuego y sirvió el café en las tazas. Observó a su amigo, que añadió cuatro cucharadas de azúcar y bastante leche. Él, por su parte, no añadió nada al café. Con el azúcar de la rosquilla tenía suficiente. Con una media sonrisa le vio elegir un donut relleno de mermelada de fresa. Se sentía algo nervioso y no era una sensación que le gustase. La inquietud continuó creciendo gracias al silencio instalado ...