1. La mamá de Joaquín, Cap 5


    Fecha: 25/07/2025, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    Pitu
    
    Hasta ahora venía bien alejándome de las drogas. Mirándolas de lejos, con cariño, pero también con respeto. Algún fasito, de vez en cuando con los pibes. Pero merca ni a palos. Por lo que me contó el tío Omar, esa cosita blanca es tan rica que cuando la probás no te suelta. Y esa otra porquería que empiezan a vender en el barrio, paco le dicen, eso es basura pura. Los wachos que toman de esa, se les quema el cerebro de una. No soy tan gil, ese es un camino de ida.
    
    Pero me estaba empezando a avivar de que la Andrea era como mi droga. Pienso en la mina todo el día. Desde que me despierto, hasta que me duermo. Pensé que si me la cogía me iba a calmar un toque. Pero fue todo lo contrario. Como toda buena droga, siempre quería más. Para colmo, desde la vez que garchamos, hace casi un mes, todavía no la había podido ver de nuevo. Yo me había hecho toda la historia, pensando que iba a ser su macho, pero la cosa no era tan fácil. La última vez que fui a su casa, su marido estaba ahí. Andrea me pidió que por favor me vaya, y me miró con cara de orto cuando le insinué que daba para coger mientras el cornudo dormía. Mi pija pide a gritos su conchita. Ahora, todavía dolorido en el brazo, y con la geta un poco hinchada, necesito más que nunca ese culito.
    
    Igual la entiendo. La mina tiene miedo de que el Joaco o su marido se enteren. Hasta yo, que siempre me la doy de vivo, me pongo un toque nervioso cuando estamos con el Joaco hablando de cualquier cosa. El chetito odioso ...
    ... que conocí ya quedó atrás. Ahora es un pibe copado, y a veces hasta se junta a escabiar conmigo, con el Leo y los demás. Hasta se le están pegando algunas palabras nuestras. Quien lo viera al cheto.
    
    Era difícil encontrar el momento justo para estar con ella. En mi casa siempre estaba el Esteban o mi vieja. Y en la casa de ella, si no estaba Joaco, estaba su marido durmiendo. Me re iba esa de cogérmela mientras el cornudo roncaba, pero la Andrea no quería saber nada con eso, la puta madre.
    
    El viernes me las arreglé para ir a su casa. Le metí ficha al Leo y al Brian para que entretengan al Joaco. No iba a tener mucho tiempo. Tampoco es que el cheto se pusiera al pedo todo el día. Sólo aceptaba un par de tragos, escuchaba las giladas que hablaban los demás, y después se tomaba el palo. Además la Agustina También lo tenía entretenido.
    
    Así que cuando terminó la clase, los dejé a los pibes escabiando en el kiosko con el Joaco. Los otros dos me miraban corte, en qué anda este, y no me extrañaría saber que se estaban haciendo la idea de que le estaba arrastrando el ala a la Andrea. No tanto por vivos sino por mal pensados.
    
    Yo me hice el boludo y me escabullí para buscar a mi amada. No le había dicho nada, y no sabía si su marido estaba o no estaba en casa. . Pero si no estaba, no me iba a dejar pagando ahí afuera. Bah, eso creía. Al menos le robaría unos besitos y sentiría ese hermoso ojete entre mis manos.
    
    Me faltaban unas pares de cuadras para llegar. Yo iba caminando ...
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