1. La mamá de Joaquín, Cap 5


    Fecha: 25/07/2025, Categorías: Hetero Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos

    ... re enamorado por la calle, recordando la tremenda chupada de pija que me había dado; sintiendo en mis manos transpiradas el tacto de su culo firme y carnoso; rememorando el riquísimo olor que salía de entre sus piernas. Estaba en las nubes, y de repente escuché:
    
    —¿Qué onda, ese es el Pitu?
    
    Levanté la vista. El sol me daba en la geta. Me puse la mano para cubrirme del sol. En esa reconozco a los logis del otro turno: El Turco y al Gordo Mauri. Ese gordo es una bestia, más grandote que el Leo. Se notaba, por sus caras, que querían bardo. Pero yo no les tenía miedo. Nunca me achiqué en una pelea y menos sabiendo que les podía ganar.
    
    Pero como todavía estaba medio encandilado por el sol, no pude ver al tercero que venía con ellos. Se acercó desde la derecha, como una sombra. Era un tipo grande. No era un pendejo. Se notaba que era bastante poronga, porque tenía unos ojos de muerto, corte que ya no era ni persona. Tenía un chaleco de jean, y los brazos tatuados. Pero cuando me avivé de que él era el que había preguntado si yo era Pitu, ya era tarde, la piña me calzó zarpada de bien. Igual que la que el cheto me había cabido hace un par de meses, sólo que este sabía pegar y tenía mucha fuerza.
    
    Sentí como si mi mandíbula se saliera de lugar. Mis dientes mordieron mis labios y sentí el sabor de mi propia sangre. Hacía mucho que no la sentía. Me quedé aturdido. No veía bien. Pero, así y todo no me caí. Me reincorporé, levante mis brazos, corte boxeador, para evitar que ...
    ... me pegue otra vez en la geta; puse la panza dura, por si me quería pegar ahí, y justo ahí fue donde largó la segunda piña. Me dolió, pero mucho menos que la otra. Mantuve mis brazos arriba, y como imaginé, me largó otro bife en la geta, pensando que le piña en la panza me iba hacer bajar la guardia. Pero atajé el golpe. ¡Qué fuerza tenía el hijo de puta!
    
    Abrí bien los ojos, y cuando lo pude ver con claridad, lo amagué con la izquierda y le metí alto uppercut en la pera. No se la vio venir el logi. Me dolía mucho la geta, y como estaba lagrimeando sabía que mi vista se iba a nublar enseguida. Así que me le fui al humo, aprovechando su confusión, para largarle todas las piñas que podía largarle. Le di tres o cuatro bien puestas, pero en esa siento que me agarran de los brazos. Eran los hijos de puta del Turco y El Mauri. Y claro, si de a uno no podían los cagones.
    
    El tipo de los tatuajes se me vino recaliente. Yo me traté de zafar, pero solo pude lograr que el Turco, que era más flaco y tenía menos fuerza, o era más cagón, o que se yo, me soltara el brazo. Pero otra vez era tarde. El otro ya estaba encima de mí. Me agarró de la ropa y se ensañó con mi cabeza. Me dio con el puño cerrado, sin asco. Me dolía y me sentía mareado. A esa hora ya debería haber estado metiéndosela hasta por las orejas a la Andrea, pero me estaban dando alta paliza esos giles.
    
    Cuando caí al piso me cagaron a patadas en la panza y en los brazos. Todavía tengo moretones. No sé si alguien habrá ...
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