La mamá de Joaquín, Cap 5
Fecha: 25/07/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... tuve que conformar con eso. Parecía que había un punto que no quería cruzar. Y ahora me invitaba a su casa. ¿Se suponía que estaba a punto de dejar de ser virgen? Era difícil saberlo. De todas formas acepté. Quería relajarme y pasar un buen rato. Y con Agustina siempre la pasaba bien. Era cariñosa, sincera, y a su manera inteligente.
Varias veces creí estar enamorado, pero siempre idealizaba a las chicas que creía amar. Nunca las llegaba a conocer de verdad, por lo tanto, supongo que no era amor de verdad lo que sentía. Pero ahora, por primera vez empezaba a querer y a desear a alguien por su forma de ser. Eso me gustaba y también me daba miedo.
—¿Querés tomar algo?
La abracé. Su pelo, un poco alborotado, tenía un olor dulce. Le di un beso. Acaricié su cola. No era muy voluptuosa, pero tenía una forma perfecta y se sentía muy bien acariciarla. Nos sacamos los guardapolvos. Fuimos a su cuarto. Metí la mano adentro de su pantalón.
—Pará, eso no. — me dijo.
Yo retiré mi mano de ahí. No quería hacerla sentir incómoda. Aunque no pude evitar sentir cierta exasperación.
—Sentate. —me dijo.
Me senté en la cama, pensando que me quería decir algo.
—Quiero darte algo, pero me tenés que prometer que no me vas a pedir más que eso que te voy a dar. Prometémelo por favor.
—A veces me confundís Agus.
—Prometémelo.
—Está bien, te lo prometo. —le dije.
Agustina se paró frente a mí y se arrodilló. Me empezó a masturbar como la vez que fuimos al cine. Mi pija ...
... se sentía muy bien al recibir esas caricias. Era increíble que una chica que se negaba a tener relaciones sexuales fuera tan genia con las manos.
Me bajó el cierre del pantalón. Mi pija saltó como un resorte cuando sintió la mano sobre ella. Era la primera vez que me tocaban con las manos desnudas, y se sentía demasiado bueno. Agustina me miró con una cara de pícara que me encantó., parecía una nena haciendo una travesura.
Y entonces me la chupó. No me esperaba eso. Mi cuerpo reaccionó al toque. Mi torso se fue para otras, mis ojos se cerraron, largué un gemido entre dientes. Su lengua era como una babosa que recorría mi sexo. Se sentía cálido, y cuando masajeaba la cabeza, se sentía muy intenso.
Yo miraba su cabeza subir y bajar mientras me la mamaba. Su brazo, flexionado, parecía sacar músculo mientras me pajeaba. Acaricié esa cabellera revoltosa que tanto me gustaba. Le corrí el mechón de pelo que cubría su cara, para poder verla. Sus labios finos devoraban mi pija. Ella parecía estar disfrutándolo tanto como yo.
Creo que no duré ni diez minutos.
—Voy a acabar. —le avisé. Y como no pareció haber escuchado, lo repetí —: Voy a acabar.
Ella asintió con la cabeza, como diciendo que ya estaba lista para recibir mi eyaculación. Se sintió como una explosión. Pero una explosión hermosa. Mi leche saltó y salpicó su cara. Algunas gotas cayeron adentro de su boca, y otras quedaron pegadas a su piel. Nunca había visto nada tan hermoso como la cara de Agustina bañada ...