La mamá de Joaquín, Cap 5
Fecha: 25/07/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... Pitu.
Los del turno tarde estaban en el patio, acomodándose para empezar su clase. Turco y Mauri cruzaban miradas con Leo y los otros.
—Tranquilo, esto siempre es así. —Agustina me acarició el pelo. Estaba sentada sobre mi regazo. Cuando me habló, como que me trajo a la realidad de nuevo. Sentí sus nalgas sobre mi pierna y me costó no excitarme. Pero igual pude controlarme. —Hay una pelea entre alguno de los chicos con los del otro turno, —siguió explicándome —, se miran mal durante algún tiempo, y después todo vuelve a la normalidad.
—Me parece que ahora es diferente. Se fueron al carajo con lo de Pitu. Si yo no fuera tan cagón estaría buscando bronca con algunos de eso forros.
—Ay mi amor que justiciero.
—Y eso que Pitu te dio una paliza hace tiempo. —Comentó Débora, una gordita chismosa.
—Ay Debo, que mala onda. —dijo Romina, defendiéndome.
—No pasa nada, no me ofendí.
Vimos llegar a la profe de matemáticas y nos metimos al aula, aunque algunos de los chicos se quedaron afuera.
Me senté con Ramón y Fabricio. Agustina se fue adelante a sentarse con sus amigas. Me gustaba que no estuviese encima de mí todo el tiempo, pero a veces me pregunto cuánto me quiere realmente.
De repente, en mitad de la clase, se escuchó un barullo afuera.
—¡Quietos en sus asientos! —Ordenó la profe, pero ninguno le hizo caso. Nos amontonamos en la ventana y vimos lo que sucedía en el patio.
Cuatro o cinco chicos estaban enredados en tremenda pelea. Pude reconocer ...
... a los dos que me habían atacado en el baño: Mauricio y el Turco, que no sé cómo se llama realmente. Brian y el Polaco se insultaban con ellos. Dos profesores los separaban. Leo insultaba a los del otro turno desde un poco atrás.
Por lo visto, para muchos era normal ese tipo de cosas, pero yo no terminaba de acostumbrarme a ese salvajismo.
Sonó el timbre y sentí un sobresalto. Salí de la escuela mirando para todas partes. Tenía miedo. No me olvidaba que la bronca empezó cuando Pitu me defendió. No me podía sacar de la cabeza la idea de que los del turno tarde me tenían pica.
Alguien me agarró del brazo y pegué un saltito del susto.
—¿Qué te pasa?
Era Agustina. Por primera vez sentí irritación al verla. Pero traté de calmarme, ella no tenía la culpa de nada. Me di cuenta de que alguno de los chicos que salían de la escuela se habían dado cuenta de que me asustó una chica, y me miraban, riéndose. A mí también me dio gracia.
—No pasa nada, estoy un poco nervioso.
Abracé a agustina por la cintura y caminé junto a ella.
—¿Vamos a mi casa?
—¿A …? —le pregunté.
—A estar solos un rato.
Esa chica siempre me sorprendía. Nunca me terminó de cerrar que la misma mina, tierna y hasta un poco tímida, que conocía en la escuela, fuera la misma que me masturbó en el cine. Y la cosa se puso más rara cuando no volvimos a hacer nada parecido. Ella se dejaba tocar en casi todo el cuerpo, pero siempre con la ropa puesta. Las dos o tres veces que estuvimos a solas me ...