1. El nuevo curso (VI)


    Fecha: 30/07/2025, Categorías: Gays Autor: ShatteredGlassW, Fuente: CuentoRelatos

    ... Aunque toda la mañana trascurrió de la misma manera, no se libró de la molesta presencia de Alberto, que se sumó a él en la concurrida cafetería. Esta vez serio y sin las bromas con que le recibió esta mañana.
    
    –Ven, quiero hablar contigo.
    
    Mauro siguió a su amigo resignado. No iba a conseguir librarse de él hiciese lo que hiciese, por lo que mejor terminar cuanto antes. Consultando el reloj le siguió hasta el aparcamiento, donde se acomodaron junto al coche de Mauro, en apariencia admirando su nueva adquisición. Mauro cruzó los brazos y se acomodó contra la brillante carrocería.
    
    –Mira, no pretendo ser entrometido, pero resulta que el día de tu cumpleaños me pasé por tu aula para ver si conseguía sacarte de ahí, que te diese un poco el sol. No estabas solo. No entré y no sé con quien podías estar, pero lo que tengo claro es que era un ligue. No creo que nadie más te cantase el “cumpleaños feliz”.
    
    –Pues te equivocas porque no era un ligue –protestó a la defensiva.
    
    Alberto se cruzó de brazos, copiando la postura de Mauro que claudicó. Echando un vistazo a su reloj le indicó con la cabeza uno de los bancos de madera que bordeaban el inicio del césped de acceso a los terrenos de la inmensa universidad.
    
    –No era un ligue. Era… No era un ligue.
    
    –¿Entonces?
    
    –Si lo fuera… estaría engañando a Ana. Siento que ya la he engañado. Hace unos meses empecé a dar clases a… una persona. Mayor de edad. Le reasigné la clase al sábado, a todos los que tenía que dar clase el ...
    ... viernes, pero compró una tarta y un libro, y se pasó por allí. Vio luz dentro y decidió que así la tarta no se añejaría. Me lancé. Besé a esa persona. Cenamos. Nos acostamos. Y corté a los pocos días porque no podía soportarlo.
    
    –¿Soportar el qué?
    
    –La idea de estar engañando a Ana. Las dudas, el miedo al qué dirán. Las reacciones si se descubría lo que había hecho y lo que siento.
    
    –Mauro, no entiendo de qué tienes miedo. Nos alegraremos por ti, has encontrado por fin a alguien a quien quieres después de doce años de luto y duelo. No entiendo tu reacción –protestó Alberto.
    
    –¿Y si te digo que tiene diecinueve años? Cumplidos en enero.
    
    –Es mucha diferencia de edad –reconoció Alberto suspirando–, pero a mi no es que eso me importe. Mira, te conozco. No creo que te lanzases si esa chica no te hubiese dado antes señales muy claras.
    
    –¿Y si te digo que no es una mujer? –susurró mirando fijamente al pavimento.
    
    Alberto se mantuvo en silencio unos instantes, calibrando el estado emocional de Mauro y reponiéndose de la sorpresa. Finalmente se encogió de hombros, elevando las palmas de ambas manos hacia arriba a la vez.
    
    –¿Y qué tendría eso de malo? Mauro, no seas tan estrecho de miras. Habrá cientos de capullos, miles de gilipollas que lo verán como algo negativo, pero Mauro, yo te quiero. Y mi exmujer, y mi hija. Tus padres ya no están, y con los de Ana no mantienes ningún contacto porque son dos grandísimos pedazos de mierda. ¿Qué más te da? Si quien te hace feliz ...
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