Por una foto
Fecha: 31/07/2025,
Categorías:
No Consentido
Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos
... en mi esposo, de pronto llegó a mi celular un mensaje de él… La charla fue amena y cordial por lo que conversamos, vía escrita, por largo rato. Cerca de cumplir la hora mensajeándonos llegamos a los temas calientes. Así, no tardó en pedirme una foto desnuda, pues él pensaba que yo estaba en la casa.
Miré a mi alrededor y las personas más cercanas retozaban en la orilla a más de 100 metros de mí. Entonces, para complacerlo, me cambié al asiento del copiloto, saqué los calzones, levanté mi corto vestido y tomé varias fotos del coño.
Al revisarlas noté que una gota de líquido vaginal se asomaba por la cueva. Llevé mi mano a mi entre pierna, pasándola solo una vez. Estaba empapada. Nuevamente levanté la vista para observar a mi alrededor. La playa seguía prácticamente desierta.
Entonces pensé en enviarle la mejor de las fotos que había sacado, pero un calor que emanaba de mi coño comenzaba a reclamar atención por lo que sin darme cuenta, la mano solita llegó hasta el clítoris solo para comenzar suavemente a frotarlo.
Tras volver a echar apenas un vistazo, me dije, -y si aprovecho que estoy sin sostén y le saco fotos a mis senos ya excitados-. Sin pensarlo dos veces me despojé del vestido sacándomelo por la cabeza en un rápido movimiento.
Lo último que recuerdo de los instantes previos a tocarme fue mirar y sin haber visto nada, bajar el vidrio de la ventana donde me encontraba, pues el ambiente dentro del carro se había tornado muy caliente y, detener el motor. ...
... Luego de eso, a los pocos segundos de iniciar una caliente masturbación, perdí completamente el sentido de la realidad.
El tiempo perdió sentido para mí, por lo que no estoy segura de cuánto rato estuve. Calculo unos 5 o 7 minutos porque poco era lo que me faltaba para alcanzar el orgasmo. Mi concentración estaba tan enfocada que no lo sentí llegar, sino hasta cuando, de improviso, la puerta se abrió.
Ejecutivo banco: siempre quise, pero nunca imaginé encontrarla en estos menesteres, sra. Valeska.
Yo: -tapándome con las manos todo lo que podía y con la mirada buscando el vestido, en el tono más amenazador que logré reunir, espeté- que derecho tiene de hacer lo que acaba de hacer, don Jorge...
Don Jorge: calladita te ves más bonita... en vez de hablar mejor venga... –dijo estirando la mano.
Yo: -con rápidas miradas, seguía tratando de detectar el paradero del vestido. En un momento lo miré y con todo el odio y asco que logré juntar, casi le escupí,- ni lo sueñe, viejo asqueroso…
Don Jorge: -aún parado fuera del auto con la mano estirada- insisto… no hay nadie excepto nosotros y quiero verla bien… solo eso… es mucho pedir…
Yo: pues viniendo de usted, si, es mucho pedir.
Durante todo el rato desde que fui sorprendida la calentura que tenía no bajó ni un poco, por el contrario, la mirada lasciva del viejo me tenía totalmente prendida. Quería verga y mis pezones eran una elocuente prueba de ello, pero... no la de él. Mi campo de visión estaba totalmente ...