1. Josy Prostituta. Experiencias “haciendo la calle”, la encerrona y otras. Cap. 6


    Fecha: 07/11/2018, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... faltó la variante, menos frecuente por suerte, de darme los dos juntos en la vagina. Dos pijotas entrando al mismo tiempo en mi chepa, la primera vez me sentí como una mujer en trabajo de parto, parecía que me abrían tantísimo, pero no paso más que una gran dilatación, que luego te vas acostumbrando, son gajes del oficio que le dicen.
    
    Mi primer cliente.
    
    Haciendo la calle… La situación fue así: Recorría la calle esperando que algún hombre me llamara para un servicio sexual, caminaba ofreciéndome solita, vestidita de prosti. De pronto un señor me llamó y preguntó por el costo de mis servicios, le gustamos, el precio razonable y estas carnitas que la naturaleza me dio. Me llevó a un hotel cercano, era un señor de mediana edad, educado y amable, cosas que para ser primeriza me dieron cierta confianza. Llegados a la habitación me desnudé despacio para que la demora hiciera el efecto seductor de excitarlo, sobre todo no quería que se me notara tan inexperta, estaba poniendo en práctica lo que el primo Memo me había aleccionado para los primeros encuentros, ahora era el momento de la prueba de fuego, actuar de cuerpo presente, y en carne viva, salir a escena y saltar sin red.
    
    El señor estaba arrobado con toda la mercadería expuesta a su servicio, la lujuria asomada en el brillo de sus ojos, el deseo latía dentro de su bragueta que se hinchaba más a cada momento. Bajé los pantalones y el calzón, la verga estaba caliente y lista para el asalto. Ahí mismo me arrodillé ...
    ... delante del señor, sin olvidar tus enseñanzas “no dejar de observar sus gestos y que note bien que lo estás haciendo”, tomé la verga entre las manos y realicé la primera mamada de prostituta.
    
    La calentura le aceleró el pulso y las ganas de cogerme, pronto sentí sus convulsiones, se excitaba mucho, me dio por delante y desde atrás, por la vagina. Se vino tres veces, dos por la conchita, la primera por delante, en la postura del misionero, la segunda desde atrás, como perrita y la tercera comenzó también desde atrás y terminó viniéndose en mi boca y tragándome su leche. Me sentí diferente, por momentos descolocada, como había llegado a este momento del sexo con un hombre desconocido, fuera de la cama matrimonial, ahí estaba yo, prostituyéndome, pero debo ser honesta, sentí muy ricas y agradables sensaciones, puede decirse que en ese instante había saltado el camino sin retorno: gozaba haciendo de prostituta. No sentía culpa alguna, estaba ahí por decisión propia, con el conocimiento y permiso de mi marido, pero queda la marca en mi vida de mi primer cliente. Le conté al señor que era mi primer cliente, no se asombró demasiado, casi diría que se lo imaginaba por mi actitud y la entrega que ponía en agradarle y complacerlo, le gusté mucho, dijo que disfrutó el banquete de ser el primero en usar mis carnitas.
    
    Ese mismo día tuve otros tres clientes, me regresé colmada de leche a la dos de la madrugada, mi marido me estaba esperando, quería saber y le conté todo, con detalles, se ...
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