Mi fantasía médica hecha realidad (real)
Fecha: 01/08/2025,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: franmm, Fuente: CuentoRelatos
... próstata.
No pude responder, solo tragué saliva una vez más. La doctora cambió sus guantes otra vez, lubricó su dedo y me penetró analmente sin compasión. Estuvo unos segundos papando mi próstata mientras mi pene crecía. Primero con un dedo, luego con dos, mientras gemía de placer.
Una vez consideró que la exploración había terminado, buscó entre sus aparatos un pequeño vibrador que lubricó e introdujo en mi ano, dejándolo dentro mientras masajeaba mi pene. Primero con sus manos, pero luego buscó otro vibrador más grande y potente que utilizó para continuar con el masaje.
Fue recorriendo con el segundo toda la base de mi erecto miembro. Pasaba por el perineo, testículos, el glande y prepucio… Todo mientras el pequeño continuaba en la próstata en una sensación de placer extremo.
- Tienes prohibido correrte aún. No lo harás hasta que te lo ordene.
- Sí doctora, lo intentaré…
Las vibraciones iban en aumento y el placer también. Llegó un momento que solo pude cerrar los ojos y disfrutarlo, sintiendo como mis piernas temblaban en los estribos, y ...
... poco a poco, todo el cuerpo. Era la primera vez que estaba viviendo una sensación así, notando cómo temblaban de placer hasta los músculos de la cara.
- No puedo más doctora. – Decía temblando
No me respondía. Las sensaciones eran tan espectaculares que quería aguantar más, pero no podía. No me masturbaba, pero las vibraciones que recorrían desde mi prepucio hasta mis testículos daban todo el placer que podía imaginar. Solo paraba para lubricar mi miembro con distintos geles que solo hacían que el placer se multiplicara.
No pude más. Pero antes de explotar en un clímax inmenso, me pasó algo que nunca había vivido. Fue como un orgasmo doble. No pude verlo porque mis ojos estaban cerrados, pero tuve la sensación de expulsar un chorro de esperma sin terminar el orgasmo. Y unos segundos después, el orgasmo más intenso y brutal que he sentido nunca.
Tardé unos minutos en recuperarme, en que mi cuerpo dejara de temblar. Cuando por fin me desató y bajé de la camilla, mi cuerpo no era capaz de dar un paso, pero había disfrutado del mejor orgasmo de mi vida.