1. Paco de repente aparece (capítulo diecinueve)


    Fecha: 04/08/2025, Categorías: Gays Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos

    ... sabía que a este le iba el asunto. Es un vecino del barrio donde trabajo, casado, pero ya sabía yo que le gustaba el asunto.
    
    - ¿Qué le vas a dar el culo tú?
    
    - ¡Qué va, monada! El culo se lo has dado tú, pero sí vi sus ojos cuando encendió la fosforera, no le quitaba ojo a mi morronga, además cuando tocó, la tocó bien, me la apretó dos veces y me agarró los cojones.
    
    - ¿Y por qué lo has dejado escapar? Si le hubieras puesto la pinga en la boca, te la habría chupado seguro.
    
    - Todo a su tiempo, ya le llegará el turno. Me interesaba saber si la fruta estaba madura o no, pero eso sí, cuento contigo para esto.
    
    - ¿Conmigo?
    
    - A ver, culo, ese tiene complejos, se cree muy macho y claro, de pronto no va a caer de rodillas a mamar pinga y a ponerse en cuatro para que le revienten el culo…, a eso se llega. Por el momento lo que quiero es que vea que lo gozas, lo disfrutas…, eso lo va a madurar más y cuando menos se lo piense, me va a estar pidiendo pinga. ¿Qué te apuestas?
    
    Él siempre tenía esas ideas, apostar era una tontería, pero su plan era de los que daba resultados, William se había singado a muchos, sabía convencer y salirse con la suya siempre.
    
    - ¡Oye, ahora que me acuerdo, hay un socio que quiere conocerte! ¡Qué cabeza la mía!
    
    - ¿Quién es? - le pregunté intrigado.
    
    - ¡Ven! ¿Tienes monedas? Vamos a llamarlo, vive en Santiago.
    
    Le seguí porque protestar o decir que se detuviera, era imposible. Llamó, habló con alguien que llamó Paco, le habló de mí ...
    ... que estaba a su lado y de que yo iría en la primera guagua para allá.
    
    - ¡Vamos, quedan unos quince minutos pa´que pase la guagua de Santiago!
    
    - Pero, espera…, espera…
    
    - ¡Oye, culo, alguna vez te he propuesto algo malo! Paco es de fiar, es un tipo de ley, ya lo verás, además hace tiempo que está por echarte mano, pero no se le ha dado el momento, tú que no le haces caso y él que es un tímido.
    
    - Pero cómo sé quién es… - protesté.
    
    - Lo has visto, es bajito con un poco de pancita y barba, siempre lleva gorra porque tiene algo de calvicie. Es camionero, pero tú no te preocupes que él te conoce a ti.
    
    Me acompañó hasta la parada, la guagua no demoró en pasar, tuve que irme de pie porque iba llena. Llegué a Santiago y bajé mirando a ver si podía adivinar de quien se trataba. Lo vi cerca, recostado a una columna de la cafetería, me sonrió. Me acerqué y me tendió la mano.
    
    - ¡Coño, al fin! - fue su saludo.
    
    De verdad que antes lo había visto pero ni se me había ocurrido que fuera “entendido” y mucho menos que estuviera interesado en mí. Comenzamos a caminar, me dijo que había venido a pie porque vivía cerca. Me gustaba su voz ronca, su barba negra y tupida. Tenía panza, pero una panza dura, era un cachas de verdad.
    
    - ¡William me ha hablado muy bien de ti!
    
    - ¿A qué adivino?
    
    - Je, je, je,… bueno, ya lo conoces…
    
    - Bueno, él fue quien me enseñó, quien me metió en esto…
    
    - Pues entonces has tenido un buen maestro, él siempre dice que conoce pocos a los que ...
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