Paco de repente aparece (capítulo diecinueve)
Fecha: 04/08/2025,
Categorías:
Gays
Autor: osazo21, Fuente: CuentoRelatos
... les guste tanto … - guardó silencio como temiendo decir algo impropio - …ya sabes…
- No, no sé. - le respondí yo.
- Bueno, dice que te gustan mucho las pingas, los lechazos y que te den por culo…, no te ofendas. - trató de terciar.
- Entonces, ¿vamos a comprobarlo ahora?
- Uf…no te vas a arrepentir, te lo juro.
Paco era hablador y sin tapujos, era atractivo y machote. Llegamos a su casa, como ya era de noche no había vecinos en la calle, según me dijo que la cuadra era muy tranquila, que vivía solo desde hacía unos años, que había estado casado y tenía dos hijos que vivían con su ex esposa en la capital. Cerrando la puerta me atrajo hacia sí, me abrazó y me besó con pasión. Sus manos grandes fueron bajando hacia mis nalgas.
- No te imaginas las ganas que te tenía…
Murmuró dejando escapar un suspiro. Empezamos a quitarnos la ropa en la sala, cuando ya nos habíamos quedado en calzoncillos, le dije que tenía que ir al baño primero, me acompañó, me enseñó todo y más, me dijo que me lavara bien. Tenía todo para que me pusiera una lavativa, mientras me esperaría en el dormitorio. Cuando entré estaba en la cama desnudo fumando un puro, era muy peludo y su pinga medio dormida le caía a un lado. Me gustó verlo así, me senté en el borde de la cama mirándolo. Él comprendió y me dejó mirarlo con calma.
- ¡Métetela en la boca! - murmuró - ¡Anda, hazlo pero mirándome!
Lo obedecí, me acerqué y para meter en mi boca su pinga que ya se ponía tiesa. Sentí su ...
... sabor entre dulzón y salado, me costaba llegar hasta el tronco por lo gorda y además mirarlo. Su pecho velludo y ancho, su barba tan negra y el puro en su boca, fumaba con gesto varonil, gozando cada bocanada. Estuvimos un buen rato así, yo chupando su pinga y él mirando, a veces dejaba escapar un gemido de placer.
- ¡Ahora quiero que la ensalives bien y te sientes en ella, pero mirándome siempre!
Había comprendido bien el juego, él mandaba, era el macho alfa que dominaba la situación. Lo obedecí, ensalivé bien su pinga y me puse de cuclillas sobre él, me senté mirándolo a los ojos. Por un instante cerré los ojos, pero escuché “no los cierres, mírame”. Lo complací, me senté sobre su pinga hasta sentir que estaba toda dentro y comencé a moverme de arriba abajo, le gustaba, sonreía.
- ¡Ya lo veo, te gusta la pinga! - me dijo cogiendo mi mentón - Ahora quiero que me la mames de nuevo.
Le obedecí, como me había lavado bien, todo estaba muy limpio. Claro que el sabor de su pinga ya no era el mismo, pero seguía gustando.
- ¡Veo lo que te gusta mamar y que te den por culo! ¡Uf! ¿Sabes que te voy a singar duro?
- ¿Te gustó mi culo?
No me respondió, se inclinó para dejar el tabaco en la mesilla de noche y me hizo acostarme boca abajo y abrir las piernas. Sentí su lengua en mi culo, empezó a comérselo, me daba mordidas, lametazos, escupía.
- ¡Síngame, papo, síngame! - le dije entre gemidos.
- ¿Quieres que te la meta?
- ¡Sí!
Así empezó ese juego de que me ...