-
Ella y yo
Fecha: 06/08/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... penetré en el acto. Y lo hicimos nuevamente. Ella se estremeció de placer mientras nos movíamos con lentitud y suavidad, acompañados con nuestros leves gemidos. La rodeé con mis brazos y acariciaba su espalda con mis manos y la besaba tiernamente en la boca mientras ella subia y bajaba, arrancándome oleadas de placer que difícilmente puedo describir. Me recosté y aprisioné sus pechos y los apreté con fuerza, como a ella le gusta y sonrió. Era un placer intenso. Un placer sordo, completo. La miré a los ojos y le dije “gracias”. Ella aumentó el ritmo y yo estaba en la gloria. Yo era tan solo un de los dos polos de esta historia a la mitad. Una de las dos variables en esta polaridad. Ella era mi tormento, mi fabuloso complemento y mi fuente de salud. Increíble que dos células cualquiera, se encontraran y se amaran. Un dulce magnetismo… Así que estábamos unidos. No sólo nuestros cuerpos eran uno sólo; también lo eran nuestros corazones y nuestra alma. El tener un grado de unión con alguien a ese nivel es sumamente placentero. No es el placer efímero de cualquier cogida (que también es inmensamente delicioso). Esto era amor, eran todas las clases de amor juntos. Ella disminuyó el ritmo y yo lo aumenté, incapaz de contenerme ante tal placer. Levanté mis rodillas y la taladré sin piedad mientras la escuchaba gritar de placer. Sus pechos subían y bajaban, presas de la gravedad y el intenso movimiento de nuestros cuerpos. Aquella visión me enardeció y aumenté aún más el ritmo. ...
... Ella gritaba aún más y no sé en qué momento llegó al clímax. Yo por mi parte, estaba a punto, sólo que esta ocasión si duré lo normal. Quizá fueron unos 45 minutos. Unos 45 minutos sumamente deliciosos. Caímos rendidos. Nuestros cuerpos estaban empapados en sudor y una sonrisa colmaba nuestras bocas. Delicioso. Pleno. Excitante. Perverso. Sublime. Me recosté a su lado, besando su mejilla y tomé uno de sus pechos con mi mano. Es sumamente gratificante tocar el pecho de una mujer. No sé que nos hace mirarlos y tocarlos. Simplemente no podemos evitarlo. Y vaya que es hermoso. Besaba de cuando en cuando su mejilla y su cuello mientras jugueteaba con su pezón. Los dos aún jadeábamos del esfuerzo que habíamos hecho momentos antes, pero estábamos felices. Le susurré al oído un “te amo” cuando apretaba fuertemente su pezón, haciéndola gemir un poco. - Ya nos hacía falta amor – dije de después de un rato - Vaya que sí, pero el día aún es joven – dijo pícaramente - Esa es la actitud mi amor – respondí ante sus ganas y añadí dispuesto - ¿Otro? - Mejor prendemos el jacuzzi, ¿te late? – me respondió tranquila - Ok – dije aprontándole amistosamente una nalga. Me levanté de la cama y abrí la llave de agua caliente. Percibí su presencia detrás mío y al instante sentí una fuerte nalgada. Ese gesto me hizo sentir muy feliz. Me encanta que me nalgueen estando en ese contexto. Valeria rió picara y se dirigió al baño. Prendí la tele y mientras buscaba algo entretenido ...