1. lengua amarga


    Fecha: 07/11/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: wastedLalo, Fuente: SexoSinTabues

    ... abierta y mirando al cielo. Ladeo la cabeza y me fijo en las uñas de su pie. Rojas y brillantes. Siento la tibieza de su planta en la palma de mi mano. De repente gira sobre su silloncito y se encara hacia mí. Se descalza el otro zapato y lo deja apoyado sobre mi vientre como ha hecho con el primero. Ahora apoya ambos pies descalzos sobre mí, uno sobre la palma de mi mano y el otro sobre mi cadera. —Te han ordeñado hoy? – me pregunta de repente. Niego con la cabeza a la vez que emito quejumbrosos gemidos que indican negación. La mano de mi ama acaricia mi pene que hasta ahora se ha mantenido encogido a causa del tratamiento. Pero el simple contacto de su mano puede con todo y me pene se hace grande en segundos ante su sonrisa. —Te ha dado las descargas? Aúllo un largo ladrido y asiento con la cabeza. Ella con los dedos recorre mi verga erecta. Sé que no debo eyacular pero me es imposible impedir que una gota preseminal aparezca en la punta. Mi señora la toma en la yema de su dedo índice y la restriega con el pulgar. —Bien, Wiz, bien… muy bien – me dice el ama mientras se limpia el dedo en el escroto. – Seguro que te ha dolido, pero es imprescindible que aprendas a controlar tus eyaculaciones. Luego te permitiré que me huelas los pies, pero no podrás besármelos, sólo olerlos. Entendido? Mi ladrido va acompañado de jadeos que denotan mi alegría. Mi señora tiene cerca de 30 años y es hermosa. Una bellísima mujer de la que soy esclavo. Hace tres meses me compró a mi antigua ama. ...
    ... Pensé que no lo podría soportar. Separarme de la que había sido mi dueña durante los últimos 5 años resultó muy duro, mucho… pensé que no lograría superar la angustia que se apoderó de mí, pero ahora soy extremadamente feliz con mi nueva señora. La señora Victoria, mi antigua ama, solía pegarme mucho. Me hacía mucho daño pero no me importaba. Ser esclavo comporta que tu amo te pegue si le da la gana, por tanto lo aceptaba como algo consustancial a mi condición. A pesar de los castigos que me infligía la amaba con todo mi ser. Cuando entré al servicio de la señora Amy, mi actual propietaria incluso llegué a echar en falta los castigos, pues ella no era partidaria de usar esos métodos que calificaba de crueles y bárbaros. Me contaba que muchas amas se excedían con los castigos provocando lesiones irreversibles en los esclavos y que ella prefería no recurrir a ellos salvo que fuera estrictamente necesario, como en el caso de intentos de fuga o de desobediencia manifiesta. Lo único que me hacía sufrir eran las descargas en mis genitales, descargas electricas que me aplicaba a diario luisa con el fin de ayudarme a controlar mis propias descargas de fluidos seminales. La primera vez que estuve frente a mi señora y besé sus pies sufrí una eyaculación. Pensé que me iba a matar a palos. En lugar de eso me prescribió las descargas. Desde que las sufro que soy capaz de emitir unicamente gotas seminales y a demanda. Hoy ha sido el primer día que sólo he logrado emitir una cuando la mano ...
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