1. lengua amarga


    Fecha: 07/11/2018, Categorías: Dominación / BDSM Autor: wastedLalo, Fuente: SexoSinTabues

    ... de mi ama me ha acariciado el miembro. La señora ha llamado a Ashley para que le calzara los zapatos y me llevara con ella para ayudar en las tareas de la casa. —Mañana llega la señorita perla – oigo que la señora le cuenta a Ashley mientras ésta la calza – cuando hayas acabado de usar a Wiz lo llevas a la celda de Dirty para que le explique las cosas que le agradan a mi hija. Ashley me lleva de la correa. Voy gateando pegado a sus altas botas. Lo que acabo de oír me ha dejado inquieto. Desconozco que mi ama tenga una hija. Tampoco en los tres meses que llevo aquí he podido hablar con los dos esclavos que ocupan las otras celdas de la mazmorra. Sólo sé que se trata de una muchacha, Dirty, y de un chico un poco retrasado al que llaman Tarado. Cuando Ashley me introduce en la cocina y me enseña la pila de platos para fregar me siento agobiado. Comienzo a restregarme contra las botas de Anabela para que me permita hablarle. Anabela ejerce de guardiana. Aunque es esclava goza de privilegios y de cierto poder. —Tienes que fregar todo esto en una hora. Luego vendré a buscarte – me dice. Aullo y vuelvo a restregarme contra las altas perneras de sus botas pero Anabela me aparta de una patada en el bajo vientre que hace que me doble. Se marcha tarareando una cancioncilla y me quedo allí, en el suelo. Una hora después sigo en el suelo, postrado, esperando que venga a recogerme. La vajilla está ya lavada, secada y recogida. —¡Bien, Wiz , muy bien… serías una criada excelente, lástima ...
    ... que te quieran sólo para perro! En mi postura habitual, de rodillas, la cara en el suelo y el culo en pompa, me desplazo hasta llegar a los pies de Anabela que contempla lo bien que he dejado la cocina. Apoyo el mentón sobre sus pies y me quedo quieto. Al principio, acostumbrado a mi antigua ama, cuando me hallaba en presencia de un ama besaba sus pies, pero en mi nuevo hogar me está prohibido. Sólo puedo besar los pies de los amos si estos me autorizan. El olor del cuero de las botas de Ashley me relaja. Estoy quieto. Antes he dado vueltas y me he restregado contra sus piernas para que me permitiera besarle los pies sin éxito y decido cambiar de estrategia. Da resultado. —Quieres besarme los pies, Wiz? – me pregunta. Aúllo y asiento a la vez, nervioso. —Está bien… pero sólo un beso – me concede. Apoyo mis labios en sus recién lustradas botas y me quedo quieto hasta que recibo una nalgada fuerte con su mano. Ashley me coge de la correa y me lleva de vuelta al sótano. La celda de Tarado está vacía pero no la de Dirty. Anabel me hace entrar en la de mi compañera. Es la primera vez que estamos juntos. —Ponle al día sobre lo que le gusta a la señorita perla , Dirty – le dice Anabel y nos deja allí encerrados. Dirty me mira con desprecio. No me habla. Me acerco a ella. Ahora no soy un perro, puedo hablar. Ella está sentada en su camastro con las piernas recogidas e intento tocarle el muslo con suavidad, una caricia. Dirty se recoge todavía más y me suelta un bufido. —Qué tengo que ...
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