1. Aventuras y desventuras húmedas. Tercera Etapa (6)


    Fecha: 09/08/2025, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... pared con los ojos bien abiertos. Mari notaba algo, una cosa que se estaba acercando, como si poseyera un nuevo sentido que le avisara de una presencia.
    
    Todavía su cabeza estaba dándole vueltas a la pregunta que se había hecho, ¿qué elección tomaría? Sí o no. Aunque pronto lo decidiría con mucha claridad, porque pese a que la mayoría de los argumentos de su mente racional eran contrarios, tenía muy claro lo que diría al final. Cuando notó la mano de su hijo posarse en su cintura… su interior gritó “SÍÍÍÍ”.
    
    Sergio había dado un paso gigante, todavía estaba tocando la tela del camisón, pero la piel de su madre ya estaba bajo la palma de su mano. Mari no se movió, ni siquiera hizo un leve gesto de sorpresa. Tenía todos los músculos en tensión, esperando que aquello sucediera y cuando ocurrió se sintió relajada.
    
    La situación vista desde fuera podría ser normal. Podría ser que el joven, sin querer hubiera ido reptando hasta el lugar donde estaba su madre, solamente para buscar compañía en una cama ajena. Sin embargo, la realidad era muy diferente, ambos corazones latían a ritmo de Rock and Roll, en una sinfonía dura y acelerada, pendientes de cuál sería la siguiente nota.
    
    Mari sintió que era su turno, su hijo suficiente había hecho con acercarse hasta donde ella y tocarla, era su momento de actuar. Se acomodó un poco en la cama, retrocediendo con su cuerpo hasta el punto que sintió en su nuca el aliento caliente de su hijo. Respiraba con fuerza y rapidez, estaba ...
    ... agitado, aunque la palabra que buscaba Mari y que le definía mejor era otra, “no está agitado, está cachondo”.
    
    Por primera vez la espalda de la madre se juntó al pecho de su hijo. El calor ya les envolvía, juntos en aquella cama parecía que hubieran descendido al mismo infierno. Sin embargo todavía les quedaba mucho por bajar.
    
    Sergio no quería detener aquello, impulsado por el valor que reunió para acercarse a su madre, movió con lentitud su cadera, esperando no romper nada con lo que tenía abajo. Las nalgas de Mari lo sintieron dos segundos después, primero un leve contacto como si un dedo le tocara el culo. Al siguiente instante supo que en realidad lo que palpaba su posadera derecha no era un dedo, sino… la polla de su hijo.
    
    Un pene que ya comenzaba a conocer bien, cruzaba su nalga de lado a lado, dejándola sentir como su longitud y anchura la tocaban. Aspiró con fuerza según aquella herramienta la tocó, incluso tuvo que morderse el labio para que un gemido no escapara. Estaba un poco perdida, no sabía qué hacer ahora, aunque ¿por qué pensarlo tanto? Lo mejor sería dejarse llevar.
    
    Mientras Mari debatía que debía o no debía hacer, Sergio parecía estar más dispuesto a todo. Vio que la mujer no ponía pegas al pequeño roce de su pene erecto en el trasero, por lo que a riesgo de que le diera un mal por soltar la cintura de su madre, sacó la mano de allí. Pero con una intención muy clara, en el silencio de la habitación y con las insignificantes luces que les daban la poca ...