1. El espejo mágico (Parte 5): Penetrada por un cabrón


    Fecha: 12/08/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... besar mis labios.
    
    Yo no cabía de felicidad, le besaba y asentía con la cabeza, le decía que por favor me hiciera suya, no me lo podía creer, estaba a punto de follarme mi amigo del alma, cierto es que ya lo había sentido, por unos segundos había sentido como su pene penetraba en mi vagina, pero algo pasó que me hizo echarme atrás, esta vez no…esta vez no me iba a echar atrás, esta vez estaba segura y no pensaba en mi historia pasada como su amigo, no pensaba ni como amiga, pensaba como mujer, una mujer liberada de sus ataduras, una mujer decidida a ser feliz y en esos momentos él me hacía feliz, hacía que mi cuerpo vibrara con sus caricias, una mujer que sentía, quería y amaba.
    
    Seguía con todo el cuerpo mojado, sobre todo la espalda que estaba empapada por mi pelo al haberse caído al suelo, la toalla que envolvía mi pelo, mi vagina burbujeando una vez más y sintiendo como al andar Jaime me iba rozando con sus dedos los labios vaginales por debajo del culo, uno de sus dedos se metía en mi coño notando la humedad, el calor del interior de mi vagina y mi clítoris se frotaba con su vientre plano y musculoso. Al llegar, al filo de la cama, me soltó suavemente en ella, subiéndome hasta dar con mi cabeza el cabecero, secuestrando mis pezones entre sus labios, recorriendo mis areolas con su lengua haciéndome cerrar los ojos y morderme los labios con los dientes lascivamente, quería más, necesitaba más, le necesitaba dentro de mí, que sus caricias se trasladaran a mi interior ...
    ... con su pene frotando todas mis paredes vaginales, quería gemir, quería gritar de placer en su oído.
    
    Jaime se incorporó sin dejar de mirarme, sin dejar de hacerme el amor con sus ojos, mi cuerpo culebreaba llamándole queriendo embrujarle, viendo como se empezaba a quitar los pantalones quedándose desnudo encima de mí, su pene erguido, duro como una piedra, enseguida se tumbó encima de mí abriéndome las piernas, le rodee con mis piernas las suyas sin dejarle escapar, sintiendo como su pene golpeaba el interior de mis muslos, estaba tan mojada en mi interior, que nada más sentir su pene en la abertura de mi vagina, empezó a deslizarse dentro de mí, separando mis labios hinchados y metiéndomela hasta el fondo, llenando mi vagina de su polla y de gemidos en mi boca.
    
    Jaime se incorporó separando su cuerpo del mío y liberando mis pechos, sujetándose con las manos, hundiéndolas en el colchón de la cama, me miraba fijamente, clavando sus ojos a los míos, observando como mi rostro cambia, como mi boca se abría inhalando una bocanada de aire seguido de un gemido casi sordo cuando con su pelvis empujaba su pene dentro de mí, abriendo mi vagina y deslizándose suavemente por ella. Casi sin esfuerzo me iba llenando y su pene sentía el calor de mi interior, mi vagina se deshacía como la mantequilla, al penetrar un cuchillo salido del fuego, se deslizaba dentro de mí sin oposición alguna. Ninguno de los dos esperamos aquel inmenso placer cuando me penetro y su cara también era el reflejo ...
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