Derechos de madre (1)
Fecha: 13/08/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: marian09, Fuente: CuentoRelatos
... hijo y sin esposo, porque al estar considerado esencial, tenía que salir a trabajar y por eso prefirió, alquilar algo y así no exponernos al contagio.
En principio la vida con H tenía sus choques y peleas pero pudimos ajustarnos y con el tiempo nuestra nueva convivencia se volvió agradable, divertida y cariñosa. Nunca habíamos pasado tantos tiempos solos, sin su padre.
Aquí doctor comienza la parte más repugnante de mi relato, aquella por la que seguro me vea arrastrada al infierno.
Una noche, el tiempo en pandemia es difícil porque dormíamos y despertábamos muy tarde, estaba poniéndome el piyama para después, regresar al sillón donde teníamos nuestras maratones de series, y descubrí que H espiaba como me desnudaba.
Primero fue una sombra, un movimiento reflejado en la esquina del espejo que lejos de asustarme hizo que creyera que estaba por entrar o por cruzar el pasillo. Además todavía tenía puesta parte de la ropa. Se de gente que en pandemia vivió en pijama, pero con H nos impusimos vestirnos cada día como si fuéramos a salir, el a la escuela yo a ningún lado, y lo que empezó como un conjuro contra la depresión se transformaría en un juego.
La sombra seguía allí. No sabía bien que pensar y decidí probar una teoría. Sin mirar, baje la bombacha hasta mis pies y la arroje al cesto de la ropa sucia. Como conservaba puesta la camisola azul la sombra no había podido ver nada pero si saber que abajo no tenía nada.
Tengo grabado en el recuerdo hasta el ...
... capítulo que teníamos pausado ese día. Así que regrese, una camisa que me llegaba hasta debajo de la cola desnuda y propuse hacer unos pochoclos antes de seguir y le pedí ayuda. Acudió como un perrito.
Le di la espalda para cocinar. Podía sentir como me miraba la cola, la parte del cuerpo que menos me gusta y aun así, sentía como atraía la atención de mi hijo. El maíz explotaba contra la tapa de la sartén y regresaba hecho pochoclo así que con un gesto de la mano le pedí que buscara un bol donde poner todo.
Lo sorprendió que me sentara en una banqueta a comer algunos en la cocina. Estiraba mis piernas y comía distraída los pochoclos fingiendo estar interesada en el techo y de reojo podía ver como miraba el borde de la camisola esperando ver más allá. Me miraba. A partir de ahí podría hacer una lista de las pruebas que le puse.
Me espiaba cuando despertaba y cuando me iba a dormir. Espiaba cuando me bañaba. La idea de vestirme se transformó en un show para él. Salía de la cama desnuda y a pesar de que no me gustaba mi cuerpo sentía que era una mujer muy sensual la que se demoraba en poner el corpiño y la tanga para que su hijo la mirara. Empecé a usar polleras de jean con bombachitas abajo. Usaba corpiños, es obligación cuando se te caen las tetas, pero vestía camisolas transparentes que mostraban todo. Me puse calzas y elastizados que me levantaban el culo y hacían ver mis piernas más lindas.
El no despegaba los ojos, donde fuera mi cuerpo su vista me seguía como cuando ...