Unas vacaciones con mis tías (1): La llegada a la playa
Fecha: 16/08/2025,
Categorías:
Incesto
Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos
... mientras se daba la vuelta. “Seguro que supone que estoy deseando sobárselas, lo que no sé si sabe es que se las comería con mucho apetito!”.
Cuando se dio la vuelta una de mis manos quedó directamente bajo sus tetas y la otra en su vientre muy cerca de su zona púbica. Esos contactos provocaban que mi calenturienta mente actuará sobre mi polla haciendo que se pusiera más dura, no sé que pasaría cuando tuviera que salir del agua. Sole movía sus brazos como si nadará a braza y eso hacia que sus tetas bailarán sobre mi mano.
– Ummm, que bien me llevas! No dejes que se hundan mis piernas!
Me dijo volviéndome a mirar con ojos pícaros. Para mi estaba claro que quería que pusiera la mano en su coño. “Si le estoy tocando las tetas y le gusta, por qué no le voy a tocar el coño!” Pensé con mi mente simple de adolescente. Fui bajando mi mano despacio esperando su reacción, pero ella no decía nada, seguía dando brazadas. La palma de mi mano tocó su muslo y mis dedos llegaron al triángulo del tanga. Noté la mata de pelo bajo la tela y también sus gordos labios genitales.
– Así, así! Ahora has sujetado bien el barco!
Dijo girando la cabeza y guiñándole un ojo. Empecé a ponerme nervioso, mi polla no paraba de intentar reventar el bañador mientras yo le frotaba el coño con mis dedos por encima de la tela. Con la otra mano sobaba y apretaba sus tetas, era una situación desesperante. Mi polla parecía estallar y no me podía follar a mi tía allí mismo, ni siquiera podía ...
... hacerme una paja.
– Que bien te lo estás pasando eh, Sole! Le dijo Candi sentada en las escaleras con medio cuerpo dentro del agua
– Mira, soy un barco! Buuu! La contestó Sole mientras yo seguía dándole vueltas.
Mi madre y Candi rieron al oírla hacer ese ruido intentando imitar la sirena de un barco.
– Nosotras vamos a preparar la comida. Volvió a gritar Candi.
– Vale, ahora voy. Quiero enseñarle a Pedrito donde jugaba de pequeño!
– De acuerdo, no tengáis prisa. Todavía es pronto!
Dicho esto, mi madre y Candi se fueron y desaparecieron por las escaleras del salón. Mi hermana seguía tumbada boca abajo con los cascos puestos y la música a tope.
– Ven, te enseñaré donde te escondidas cuando eras pequeño!
Me dijo Sole agarrándose a las escaleras de aluminio para salir del agua. En ese momento vi perfectamente su cuerpo, realmente no estada nada mal, como he dicho, algún quilo de más pero muy bien repartidos por sus extensas curvas. Mire hacia atrás antes de salir para ver si mi hermana nos miraba, pero seguía con la cara contra la toalla. Cuando salí del agua mi polla había bajado un poco, pero todavía se notaba algo de abultamiento. Sole lo miro de reojo pero no dijo nada, tan solo tiro de mi mano para que la siguiera. A los veinte metros ya no se veía la piscina, los arbustos tapaban la visión. Seguimos serpenteando entre arbustos, árboles y plantas hasta llegar al final donde había una pequeña caseta de extensa
– Te acuerdas? Me pregunto al llegar a ...