1. Me estrenaron (3): Pancho


    Fecha: 18/08/2025, Categorías: Bisexuales Autor: Josel101, Fuente: CuentoRelatos

    ... mi culo sin sacarlo ni meterlo más; acarició y sobó mis nalgas, sujeto mi cadera con firmeza y aprovechó un instante de relajación para empujar y clavar el resto de la cabeza.
    
    —¡Ahhh…!
    
    Ahí se quedó firme, lo había conseguido, la cabeza de su verga estaba dentro de mi culo, pero la nueva experiencia no era placentera, ahí conocí el dolor de ser enculado. Ese dolor de ser partido en dos del que tanto he escuchado hablar, pero que en ese tiempo era un concepto totalmente desconocido por mi. Dolía pero no me asusté, porque instintivamente, tal vez de forma subconsciente, sabía que el culo se adapta poco a poco y luego deja de doler.
    
    —¡¡¡Me duele!!!
    
    -¡Tranquilita mi reina! Aguanta, todo irá bien, ya entró lo más grueso, sólo relájate para poder meterla toda.
    
    -¡Nooo! ¡Ya no quiero! ¡Duele mucho! ¡Por favor sácala! ¡Me arde demasiado!
    
    -¡No chilles! ¡No seas maricón! ¡Aguántate como hombre! Si la saco ahorita te va a doler más. Espera un poco y verás que tu culo se hace mas ancho.
    
    Dejé de protestar porque a pesar del dolor, había una sensación placentera dentro de mi ano que para comprenderlo mejor, podría describirse como: “cagar para adentro”.
    
    Su verga estaba atorada en mi culo, llenando por completo mi hueco sin la menor posibilidad aparente de avanzar hacia adentro ni hacia afuera pero empezó a mover en círculos la cabecita dentro de mi ano. Sólo la cabecita.
    
    Y yo comencé a incitarlo para que siguiera adelante, aún con todo ese dolor, las ganas de ser ...
    ... enculado por Pancho me excitaban; Todo era nuevo para mi y es sabido que en las sensaciones corporales, el dolor y el placer van siempre de la mano.
    
    -¡Dale papi! ¡ Ensártame Así! -le susurraba.
    
    —Así me gusta. Eres una buena hembrita, ¡te voy a llenar de verga! ¡Tienes un cuerpo delicioso preciosa! –Decía sin detenerse, hamacando en círculos y presionando mis caderas, jalando mi cuerpo hacia él.
    
    —Aguántate que te la quiero meter toda hasta el fondo…
    
    —¡¡¡Ahhh…!!!
    
    —Aguántala, mamacita.
    
    —Síii… Sí, mi rey… Yo aguanto… yo la aguanto… ¡¡¡Ay Diosss!!! ¡Duele muchísimo!
    
    Su verga gruesísima parecía un tapón metido a presión. Y a pesar de que daba la sensación de que no podía entrar más, me la fue metiendo dilatando mi ano. Empecé a bufar, respirando lento y profundo, inflando los cachetes y soplando fuerte, mientras ese hermoso garrote se abría paso a cada empujón y se ensartaba en mi, causándome dolor en su avance.
    
    Poco a poco me fui amoldando a su fierro, la elasticidad muscular funcionó a la perfección y fui aceptando esa verga con más placer y menos dolor. Me tenía clavado por la mitad y seguía empujando, avanzando más y más dentro de mi. Así, sin tenerla totalmente adentro, me estaba cogiendo riquísimo.
    
    Era indescriptible la maravillosa sensación de una verga deslizándose en mi agujerito trasero, penetrando y masajeando dentro del cuerpo. Incluso ahora, cada que recuerdo las sensaciones de entonces, me cuesta mucho trabajo aguantar las ganas de salir a ...
«1...3456»