1. El mozo (Parte 1)


    Fecha: 22/08/2025, Categorías: Hetero Autor: Bellota D I, Fuente: CuentoRelatos

    ... contra mis nalgas que se descubrieron cunado me senté, disfruté de esta nueva chispa de excitación. Conversamos mucho, era fácil. De viajes, de literatura, de sus proyectos de escritura, de mi tesis interminable. Cuando puso su mano en mi muslo, sentí una forma extraña de alivio. Anhelaba este contacto y quería más. Me hubiera gustado que me agarre con fuerza, quería sentir sus dedos apretar mi piel y que por fin me besara.
    
    Hubo un silencio entre nosotros, me miró a los ojos. Sentí su mano subir ligeramente, hasta que su pulgar se escondiera debajo de mi falda. La sonrisa había abandonado su cara, de repente seria, como si le hecho de tocarme hubiera despertado algo en él. Me sentía derretir a medida que subía mi excitación. Conocí pocos momentos con tanta tensión sexual, en los cuales sientes que estas a punto de darte la vuelta, levantar tu falda y ofrecer tu culo a la persona que quiere exactamente la misma cosa que tú y que te está arrechando como nunca. Por respecto de ciertas convenciones sociales, me contenté de darle una señal clara de lo que tenía en la mente, poniendo mi mano muy cerca de su entrepierna. Mi dedo meñique tocaba su sexo, lo sentí endurecer.
    
    Nuestros cuerpos estaban hundidos en la penumbra y sin que dejara de mirarme a los ojos, su mano invisible continuó su camino en mi muslo, con una presión suave pero constante. Cuando llegó a la tela fina de mi tanga y que la apartó delicadamente con un dedo, cerré los ojos. Todo mi cuerpo fue recorrido por ...
    ... un insoportable escalofrió de deseo. Cuando crucé mis piernas para retomar algo de contundencia, me di cuenta que me estaba mojando excesivamente. Mi culo se deslizaba en el banquito empapado por mi jugo. Estaba tan excitada por la situación que con pocos esfuerzos me hubiera podido venir discreto y rápidamente, sobándome en mi asiento. Volví a abrir un poco las piernas, mi arrechura acababa de vencer mi pudor. Presioné su verga que había empezado a acariciar a través de su pantalón. Estaba tal como más me encanta sentir una verga: dura y apretada por la ropa. Debía ser tremendamente frustrante, pero parecía dispuesto a seguir aguantando su propio deseo un rato más, dada su sonrisa al tocar mis labios mojados.
    
    Trataba de quedarme quieta para que la gente no se diera cuenta de la morbosa partida que ocurría fuera de las luces de la pista de baile, lo que a él lo divertía bastante. Sus dedos jugaron un momento con mi sexo, deslizándose con una indolencia provocadora, hasta que se vuelva inaguantable. Quería sentir su verga penetrarme, quería que me llenara. Acerqué mi cara hacia la suya para decirle que quería irme para poder seguir este juego en un sitio más apropiado, pero sacó su mano de mi calzón para callarme poniendo su dedo mojado sobre mi boca. Lo lamí con lenguazos discretos y tímidos cerrando los ojos, disfrutando vergonzosamente de mi propio jugo. Parecía que conociera todos mis vicios. Hundió de nuevo su mano en la penumbra que nos seguía escondiendo. Movió un ...
«1...3456»