1. Al mal tiempo...


    Fecha: 23/08/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: ElenaRmz, Fuente: CuentoRelatos

    ... ves sí..."
    
    Quince minutos después. La hierba mojada se sentía realmente extraña y suave en mi espalda y mis nalgas desnudas, mientras Víctor yacía encima de mí, su barriga rozaba con frecuencia la parte inferior de mis senos, mientras me follaba gradualmente. La lluvia seguía cayendo, pero ahora se había reducido a una llovizna. Estábamos follando debajo de un árbol, a unos 50 metros del taller. Nunca antes había follado al aire libre bajo la lluvia. Víctor no era tan bueno cogiendo como Zahid, pero era bastante decente.
    
    Víctor: "Ahh... esta pequeña papaya, está bien apretada, zorra. ¿Qué la verga del cornudo de tu marido es demasiado pequeña?"
    
    Con Zahid fuera, de la ecuación, Víctor había vuelto a su palabrería. Pero extrañamente me excitaba.
    
    Yo: "Unhh... ¿por qué estás tan obsesionado con que mi marido sea un cornudo, viejo sucio? ¿Coger con casadas te excita?
    
    Mientras ponía mis manos en su trasero y lo empujaba más adentro de mí.
    
    Pareció sorprendido de que le respondiera. Se detuvo un momento y sacó la verga. Empujó mi trasero hacia un lado.
    
    Víctor: "De rodillas, puta. Ahora te la voy coger como la perra que eres".
    
    Le sonreí con ironía e hice lo que me dijo. Primero me azotó un poco, pronunciando más obscenidades. Penetro mi coñito por un rato. Estaba a punto de tener un orgasmo, de repente se detuvo y sacó su verga.
    
    Yo; "Argghhh... ¿Por qué te detuviste?"
    
    Le grité y miré hacia atrás. Ya estaba tan cerca.
    
    Víctor: "Dame tu mano ...
    ... izquierda".
    
    Yo: "¿Qué?"
    
    Víctor: "Dámela, haz caso puta."
    
    Hice lo que dijo.
    
    Víctor: “Ahora tu mano derecha”.
    
    Lo hice. Sostuvo mis muñecas juntas detrás de mi espalda, y mis hombros estaban en el aire. Los empujó suavemente hacia abajo. Mi rostro estaba ahora sobre la hierba mojada y fangosa, con mi mejilla izquierda tocando el suelo. Fue entonces cuando lo sentí. Su verga toqueteaba mi ano.
    
    Yo: "¡No, espera!"
    
    Pensaba metérmela sin ningún estímulo o lubricación de por medio, grité y traté de luchar. Pero su agarre era muy fuerte.
    
    Víctor: "Sí, ahí es, todas las perras les encanta por el culo".
    
    Presionó la punta de apestosa verga contra mi culo. No es como si no hubiera tenido sexo anal antes. Pero sin alguna estimulación previa o al menos lubricación, era doloroso. Y si, dolió al principio. Pero después de un par de pulgadas, fue como si mi esfinge recordara cómo y se relajó.
    
    Víctor: "Como chingados que No, jajaja, mira nada más, como te entró toda la verga. Realmente eres una puta. Si está bien cogida ¿Por qué el drama chingado?"
    
    Se sentía el extraño placer que el sexo anal siempre da. El placer más mental que físico. Dio la casualidad de que no duró mucho después de eso. Disparó su corrida en mi culo y luego se tumbó encima de mí. Caminamos de regreso al taller. Zahid estaba sentado y había terminado de arreglar el coche. Revisé el reloj. Eran casi las 2 am.
    
    Zahid: "Está arreglado. Y la lluvia casi ha dejado de caer. Puedes irte si quieres. Pero sospecho ...
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