1. Por las siluetas


    Fecha: 23/08/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Dany Campbell, Fuente: CuentoRelatos

    ... mentí, tampoco me molesté en aprenderme su nombre.
    
    —Sii —confirma Valentina.
    
    —¿Eh? —me sorprendo yo de mi novia—, qué tenés que andar confirmando vos eso.
    
    —Ay perdón cariño, pero lo tengo que contar. —Se vuelve a su amiga—: ¿Sabéis la fila interminable que se monta en los baños de aquí?, pues resulta ser que la de chavales era tan larga que tapaba la entrada del baño de chicas. El tío este me hace señas y me deja un espacio para que pase.
    
    —¿Y? —pregunta ansiosa Ximena.
    
    —Y pues, resulta que me cruzo por el espacio que me había dejado, dándole la espalda, pero no calculo bien la distancia y le termino por rozar, con una nalga, por todo el paquete.
    
    —¡Boluda!, ¿posta?
    
    —No miente el chaval —asiente ella.
    
    —Noo… —respondo indignado, por las dos cosas.
    
    —Os juro, os juro, que no lo hice a propósito, os juro —trataba de explicar ella entre las risas de su amiga.
    
    —Noo —vuelvo a reprochar—, tenés que calcularle mejor.
    
    —¡Que te digo que no fue a propósito, tronco!, tú no tienes que andar por ahí “calculando” como yo, porque no tienes este peazo de trasero hermoso heredado de mi madre. No me juzguéis.
    
    Yo me quedo intentando sostener el reproche pero con una leve sonrisa, no podía enojarme con ella, su forma de hablar me hacía recordar al de Cristinini, reaccionando a memes de Willyrex.
    
    Se escucha gente hablando, nos callamos y observamos por la ventanita. Eran dos chicos, el susodicho Cristo Rey con un amigo, que se dirigían a la carpa de al lado, ...
    ... la cual sabíamos que era suya. Se quedaron charlando adentro. Habían encendido una lámpara, por lo que podíamos ver sus siluetas.
    
    Ximena estaba que se mordía los labios, con sus manos apretando con fuerza las sábanas. Ahora que sabía que el mito era verdad, se le antojaban más las ganas de sexo.
    
    —Que se vaya, por dioos —deseó ella entre susurros, refiriéndose al amigo del niño polla.
    
    Mi novia le miraba con cara de pícara. Luego de un rato de interminable espera, escuchando como unos chismosos lo que conversaban esos dos, el amigo se marcha. El Cristo Rey se queda allí, sin hacer mucho, aparentemente revisando su celular.
    
    —Valen, tengo unas ganas de ir a encararle —susurra Ximena.
    
    —Pues vete, anda, liaros de una vez —le responde de la misma manera.
    
    —No me animo a ir sola, qué le voy a decir, “vamos a ponerla”, se va a re agrandar y no voy a saber cómo pararlo, capaz y le meto un cachetazo.
    
    —Okey, vamos te acompaño y si el colega se flipa le metemos un guantazo entre las dos.
    
    —Genial.
    
    Ambas se levantan.
    
    —Hey esperá —digo yo sin levantar mucho la voz—, ¿por qué te tenés que ir vos?
    
    —Tranquilo cariño, es sólo para acompañar a mi amiga, los veo para asegurarme de que esté todo bien, y luego me vuelvo para hacerte cositas ricas —me guiña el ojo.
    
    —Dale, pero no te quedes mucho tiempo —llego a responderle, sintiendo un latigazo en mi entrepierna tras escuchar eso último que me dijo.
    
    Ambas salen de la carpa, estaban vestidas con sus pijamas: mi ...
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