Por las siluetas
Fecha: 23/08/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Dany Campbell, Fuente: CuentoRelatos
... novia con su camisón de seda rosadito y la amiga con una de esa misma tela pero de dos piezas. Escucho que se saludan con el pibe en la entrada de su carpa, improvisan una charla ahí, y les invita a pasar con la excusa de que “hacía frío”. Debían de ser como las dos de la madrugada más o menos, por lo que podría pasar como una buena excusa, y más aún por cómo iban.
Espiaba todo lo que pasaba mirando por la ventanita. Se les distinguía a través de la pared de la carpa por las siluetas reflejadas gracias a la lámpara aún encendida, no de cuerpo entero, ya que la parte inferior estaba recubierta por un material distinto que no permitía reflejo; por ello es que, cuando se sentaron, sólo les veía desde la cintura para arriba.
Dentro, conversaban susurrando, no se entendía bien de qué. De repente el pibe dice:
—¡Ah con que quieren…! —de manera socarrona pero enseguida se oye “shhh” de las chicas, seguido de más murmullos.
Las voces bajitas siguieron por un buen rato, a veces acompañadas de risitas. Estaban de frente, sólo se veían dos contornos, el del chico y las chicas debían de estar una al lado de la otra, es decir, tapándose. En un momento, el pibe se mueve, pareciera ser que se estaba quitando el short. Una mano bajó en picada. Por el movimiento del brazo era evidente que estaba masturbando aquel supuesto gran miembro. Al rato, la silueta femenina se acuesta, quedando a la vista sólo la figura del varón. Cada tanto, aparecía momentáneamente una protuberancia ...
... desde la parte baja de la silueta masculina. De seguro esa era Ximena dándole una tremenda chupada al chico.
A todo eso, había algo que no me cerraba: ¿dónde estaba Valentina?, ¿estaría alejada viendo o acaso se habría acostado a la par con su amiga? No tenía sentido, tan sincrónico así iban a hacer el movimiento para que no me diera cuenta (?).
Se oían sonidos de succión y los jadeos del tipo. Una silueta reaparece, pero brevemente, era como si estuviera adoptando otra forma. Acto seguido, el chico se inclina quedando en diagonal. No se podía distinguir bien, repito, la sombra sólo abarcaba desde la mitad del tronco, no había manera de precisar arriba de quién se había puesto él. Era obvio que estaba pasando algo, los agitados sonidos del colchón inflable y los bajitos gemidos de mujer lo demostraban, pero la falta de certeza que dejaba el “punto ciego” de la carpa me estaba carcomiendo.
Pasado un buen rato, ahora el que se acostaba era el varón. Al fin se pudo volver a ver una silueta femenina, se estaba quitando una prenda. No cabía duda que se trataba de Ximena, y más aún cuando se puso de lado, esas enormes tetas eran inconfundibles. La pregunta de rigor seguía siendo la misma: ¿dónde estaba Valentina? Para colmo, escuchar jadear a su amiga mientras era acariciada por las manos del pibe ese, me estaba excitando bastante. Habrán estado así, con un ritmo tranqui, unos cinco minutos aproximadamente. No aguanté más y me puse a hacer una paja viendo esos pechos ...