1. Por la unión de la familia (4)


    Fecha: 08/11/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... otro, sin pausa alguna con Álvaro “empujando” y empujaba, sin tregua ni cuartel, llenando a su madre de dicha, de gozo insuperable, pero es que tampoco ella se quedaba tan atrás en su empeño de hacer enormemente feliz, inmensamente dichoso, a su hijo bien amado, de modo que, si él se esforzaba en dar placer a su madre, ella pujaba y pujaba, y volvía a pujar, por hacerle dichoso a él…darle todo el placer del mundo.
    
    Y así, los gemidos de placer de Julia, los bramidos de infinita dicha de Álvaro, se sucedían y sucedían, casi interminables, adquiriendo más y más sonoridad, hasta casi trocarse todo ello en aullidos de lobo, de loba, en celo
    
    ·Más, más, querido mío; dame más… Un poquito más, cielo mío, cariñito mío… Más, más polla… Quiero más polla…necesito más polla en mi coñito, en mi chochito. ¡Aayyy! ¡Aayyy! Clávamela bien clavada…métemela bien hondo, hasta adentro, mi bien, hijo, hijito mío… Hasta el fondo…hasta la matriz…Métemela hasta la matriz, mi bien...mi hombre…mi macho…
    
    Y, nuevamente, Álvaro se esforzó y esforzó en satisfacer, por todo lo alto, a su madre…a su hembra. Y pasó lo que tenía que pasar, que Álvaro entró en capilla de magnas eyaculaciones
    
    ·Madre, creo…creo que…que…que estoy a punto…a punto… Acabo, acabo…me vengo, madre; me vengo…me corro, mamita mía queridísima
    
    ·Sí mi amor, sí, córrete, mi vida, queridito mío Hazlo dentro; dentro de mamá
    
    ·¡Por Dios, madre! ¿Estás segura?... Ya sabes, puede ser muy, pero que muy peligroso
    
    ·No importa; no ...
    ... importa, amor; no pasará nada…ya lo verás, mi bien Y también yo estoy que ardo…a punto, a puntito de correrme yo también… Sí, estoy segura, de que tan pronto tú empieces a correrte dentro de mí, estallaré yo también… Acabaremos los dos juntos, amor, querido mío…hijito mío…
    
    Y Álvaro siguió y siguió hasta explosionar el hirviente volcán que era toda su masculina humanidad, lanzando chorros de “lava” hasta el fondo de la maternal grutita de los más eximios placeres… Y entonces, al primer “disparo” de su amado hijo, tal y como ella presentía, también entró en sonada erupción el hirviente “volcán” que en lo más femenino de su organismo venía generándose.
    
    Julia preveía, estaba más que segura, que el orgasmo que se le avecinaba sería más que menos monstruoso; de órdago a la grande, a la chica, a juego, a pares…a todo(1)… Pero lo que sucedió, la realidad que vivió, superó, y de qué manera, todas sus expectativas, todos sus presupuestos, pues aquello no fue un orgasmo, en el común sentido del término, sino toda una serie de orgasmos que se sucedían casi ininterrumpidamente, uno tras otro, sin más intervalo entre precedente y subsiguiente que uno, dos, tres minutos a lo sumo, formando como un único orgasmo interminable
    
    No se lo podía creer; era de todo punto inconcebible que aquello, lo que estaba viviendo, fuera verdad, una realidad, pero ahí estaba la “Prueba del Algodón”, que se dice que no engaña… Ella, Julia, no aullaba ni lanzaba alarido alguno, sino que permanecía casi en ...
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