1. Por la unión de la familia (4)


    Fecha: 08/11/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    ... feliz había empezado, durase poco y su niña sufriera los males del desengaño amoroso… Porque ella conocía, y muy bien, a “papito”, y sabía lo poco, poquísimo, constante que era en sus relaciones amoroso-sexuales…
    
    El tiempo, que nunca se detiene, siguió transcurriendo para todos, semana tras semana, mes tras mes, hasta llegar las fechas de los exámenes de las Oposiciones que Álvaro preparaba; en principio, las esperaban para Marzo-Abril, máximo, primeros/mediados de Mayo, pero finamente no fue sino a primeros de Junio cuando se celebraron. Las aprobó, y las de Oficial de Justicia, además; cuando llegó a casa con la noticia, su madre, Julia, saltó de contento, rió y casi bailó de júbilo, loca, sí, loquita de alegría. Ella reía a todo reír, más feliz que una perdiz, que suele decirse por España; más feliz, seguramente, que en su vida lo fuera; también Álvaro reía con ganas, abrazándola, embromándola, alzándola del suelo, girando sobre sí mismo con ella en sus brazos, en vilo, lo que aumentaba y de qué manera, las alegres carcajadas de Julia, hasta que ella, pugnando por deshacerse de él, hizo que la devolviera al suelo, soltando entonces este casi exabrupto
    
    ·Esto hay que celebrarlo, cariño; saldremos una noche, esta noche misma, a cenar y bailar los dos… Y, sepa Dios cómo acabaremos… ¡Ja, ja, ja, lo mismo en la cama!…
    
    Álvaro, entonces, se puso un tanto serio, aunque sin que la sangre llegara al río; vamos, que hasta ponerse adusto, como un juez, mediaba un trecho más ...
    ... largo que un día sin pan, que también solemos decir, decíamos, al menos, los españoles. Y en tal tesitura de casi seriedad, respondió así a la salida de su madre
    
    ·Tranquila, Julia; tranquila. Sí, iremos a cenar y bailar, pero luego, nos volveremos a casita y “cada mochuelo a su olivo”, tú a tú cuarto y yo al mío, como dos niños buenos…
    
    Y Julia fingió hacer “pucheretes” como niña pronta a echarse a llorar
    
    ·¡Eres malo; muy, muy malo conmigo!... Con lo que yo te quiero y tú no me quieres nada… Me rechazas, no quieres hacerme “cariñitos”
    
    ·No es eso Julia…madre; y tú lo sabes… Eso, hacernos “cariñitos”, como tú dices, es mi máxima ilusión… Por eso, trabajo como trabajo, estudio como estudio, para alcanzar una posición económica digna de ti…para poder tenerte como mereces que se te tenga, como una reina… Pero es pronto, querida mía; es pronto aún para eso… Todavía no tengo la necesaria base económica Tranquila, mi amor, tranquila, que todo llegará…
    
    Y, por su propia iniciativa, la besó como el hombre enamorado que era, en los labios, buscando su boca, su lengua, a lo que ella se prestó de la mejor gana, abriéndole su boca, saliendo, con su lengua, a recibirle con, realmente, bastante más cariño que pasión; cariño de madre que en tal manera se expresaba, en un beso más propio de hombre y mujer que de madre e hijo… ¿Con amor de mujer enamorada?... Pues quién sabe… A lo mejor sí, a lo peor no.
    
    ·¡Bah!... No te preocupes Álvaro, cariño mío… Fue más una broma que otra ...
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