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Las bragas azules de Andrea Celeste: Mi guía de turista
Fecha: 27/08/2025, Categorías: Anal Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... de sus dos hermosos ojos, un vestido que sin ser provocativo se le miraba muy sensual detallando su escultural cuerpo donde sobresalían ese trasero que, sin ser exagerado, tenía esa curva de las chicas delgadas con unos glúteos redondos sensualmente pronunciados. Sus pechos podían pasar desapercibidos, típicos de copa B como los de una adolescente en crecimiento. De alguna manera habíamos desarrollado cierta confianza en ese par de días que hasta llegué a pensar que yo le caía bien a esta chica y que de alguna manera yo le parecía atractivo y no sé si era mi ego de hombre en el momento. Los días de sus servicios eran intercalado y hubo un día que no la vi. En mi cuarto día en Santiago quedamos que me llevaría a la provincia, visitar algunos viñedos donde probaríamos algunos vinos acompañados de algunos asados y a eso de las diez de la mañana Andrea Celeste me esperaba en la recepción del hotel y esta vez llevaba unos pantalones vaqueros bien ajustados a su delgado cuerpo, donde lo único que sobresalía era ese bonito y redondo trasero. Una blusa negra y un chaleco azul era su atuendo para internarnos en los alrededores de la ciudad. Esa vez tocamos ciertos temas íntimos, entre ellos la fidelidad de pareja, y en lo que Andrea reconoció que todos éramos infieles en el pensamiento, pero que ella no tenía el valor de tomar ese paso a la realidad. Quizá aquello me dio un poco de confianza para ser abierto más con ella, aunque debo de admitir que Andrea siempre se abría a este ...
... tipo de plática cuando estábamos compartiendo una botella de vino. Pasamos un bonito día y a eso de las cinco de la tarde se terminaría su servicio, pues mi vuelo para Buenos Aires estaba programado para el siguiente día en horas de la tarde y sería el servicio del hotel quien me llevaría al aeropuerto. Realmente Andrea se me antojaba, pero no deseaba insultarla o hacerla sentir mal, pero también pensaba que no tenía nada que perder, total esa tarde sería quizá la última vez que la vería. Cuando nos despedíamos fue cuando le pregunté: -Andrea… ¿quisieras cenar conmigo esta noche? -¡Lo siento Sr. Zena! Regularmente no salgo con ninguno de mis clientes que no tenga que ver con mi trabajo y, además tengo algunas cosas que hacer esta noche. -Entiendo… en ese caso solo me resta decirte que me la pasé de lo lindo en tu país y que el más bonito recuerdo que llevo de esta tierra, son esos dos bonitos ojos azules que de seguro me harán vivir más de alguna fantasía. -Ella había sonreído. -Usted sabe que no puedo salir con nadie… como le dije: uno puede fantasear, pero de allí a la realidad es algo que no me atrevo a hacer. -Te entiendo perfectamente. Tomé el valor pensando que desde hoy no te veré jamás y que esto solo podría quedar en el recuerdo sin que nadie sepa nada o salga lastimado. -Esto me da miedo… ¿Qué le parece si tomamos el desayuno juntos a eso de las 9:00 a.m.? -Me parece bien… mañana nos vemos. En ese momento supe que ella también lo quería y no sé ...