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Lágrimas de amor entre hermanos
Fecha: 29/08/2025, Categorías: Incesto Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos
... nuestro baile, el cual me llevo a poner sus piernas en mis hombros y empezar una vez más, pero ahora mucho más rápido, más fuerte, notaba como Lara me cogía de los brazos y me arañaba con sus uñas, estaba realmente sintiendo un gran placer al sentir mi pene alojarse dentro de ella, tanto que empezó a temblar y a gritar cada vez más, mi pene la penetraba tan dentro como me era posible, dejándola allí dentro, llenándola por completo y apretando mi cadera contra ella más y más, luego la volvía a sacar para volverla a meter de un golpe seco. Lara explotó en un orgasmo que heló mi cuerpo, sus gemidos y gritos ahogados me atravesaron de lado a lado, la sentí como se iba volando, como su boca no paraba de expeler gemidos terminados en gritos de un gran placer, mi pene notaba como ahora entraba y salía con tanta facilidad que navegaba por un mar dentro de ella y varios minutos después de haber empezado no podía más, pero tampoco quería esperar más, así que me deje llevar y empecé a eyacular dentro de mi hermana, uno, dos, tres y hasta cuatro chorros de mi semen empezaron a golpear con violencia y gran velocidad el interior de su vagina, fue en esos momentos cuando después de haberme corrido me di cuenta de que yo no llevaba preservativo, Lara también se dio cuenta de ello y con un gesto de desaprobación mientras que seguía sintiendo el placer de mi pene en su interior se quitó la venda de los ojos. Los dos nos paramos de golpe, nos miramos en silencio fijamente a los ojos, ...
... pensaba que iba a gritar, a revolverse enfadada gritándome, pero no fue así, solamente me miraba extrañada a la vez que miraba al resto de sus amigos, me volvía a mirar y bajo sus piernas de mis hombros dejándolos en el suelo y cuando yo pensaba que ya me iba a delatar, cuando ya estaba sacando mi pene de su vagina Lara me empujó hacia atrás haciendo que cayera de espaldas y sin sacar mi pene de su interior se sentó encima de mí y empezó a mover sus caderas de un lado a otro. ________________ No me lo podía creer, aquel pene que tanto placer me había dado, aquellos labios que con tanta pasión me habían besado no eran de mi novio, tampoco de ninguno de sus amigos, aquella lengua que había lamido mis pezones y mi vagina, aquellas manos que me habían hecho vibrar y olvidar donde estaba, en cierto modo obligada por los chicos, eran de Alberto mi hermano mayor, no sé cómo lo había hecho, pero me alegraba que lo consiguiera, estaba un poco asqueada por todo aquello que estaba sucediendo, una estúpida apuesta que las tres perdimos, unas estúpidas por haber accedido y claudicado tan pronto a la petición de los chicos, estaba enfadada con Raúl, mi novio y, sin embargo, de alguna manera ahora le daba las gracias, ¿gracias? ¿Por qué las gracias?, estaba hecha un lío, pero me sentía de esa manera desde que sentí las caricias de mi hermano y ahora una vez descubierto, no podía entender por qué no grite, porque le deje seguir, es cierto que nos llevamos bien, que siempre está ahí para ...