1. Lágrimas de amor entre hermanos


    Fecha: 29/08/2025, Categorías: Incesto Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuando lo necesito, es cierto que aunque sea mi hermano siempre he dicho que esta cañón, pero me acababa de follar y lo peor de todo, me había gustado.
    
    Seguía sin creérmelo, le miraba mientras mi cuerpo subía y bajaba por una polla medio flácida, de vez en cuando la tenía que volver a meter porque se salía de mi vagina, pero poco a poco la iba sintiendo más dura, tanto o más que antes, estábamos los dos locos, estábamos rodeados de mis amigos sin que nadie se hubiera percatado, Alberto me había dado algo que no conocía hasta ese día, hasta ese momento, me había hecho gritar y tener un maravilloso orgasmo que parecía no tener fin, mi cabeza seguía pensando una y otra vez lo que estábamos haciendo, nos mirábamos a los ojos, y solo veía ternura, deseo, amor, pero nada de lujuria, nada de sexo por el sexo, que me estaba pasando, mi cabeza iba por un camino diferente a mi cuerpo que subía y bajaba por el pene de mi hermano penetrando tanto en mí que me hacía gemir una vez más, sus manos en mis pechos acariciándomelos con fuerza, pero con cariño, haciéndome sentir deseada, las diferencia con Raúl, no había diferencias la verdad, esto era lo que yo quería en un hombre y no lo que Raúl representaba y me daba.
    
    Sentía como su pene me empezaba a llenar mi vagina, a deslizarse dentro de mí en un mar de flujo y semen unidos únicamente en un fluido, me sentía tan mojada que notaba como bajaba por mi vagina goterones de flujo y semen, pero sobre todo sentía como su pene me hacía ...
    ... nuevamente gemir y gritar de placer, gemidos reales, gemidos no provocados por mí, sino todo lo contrario provocados por él, prácticamente nunca nadie me había provocado un orgasmo y pensar que fue él, mi hermano fue el primero cuando sentí sus caricias, sus besos, la suavidad de su pene atravesando mi vagina como nadie lo había hecho antes, sentía que aquello no estaba bien, quería marcharme, pero quería quedarme y mientras mi cabeza seguía andando solo por un páramo sin que nadie la hiciera caso, mi cuerpo seguía amando a mi hermano, seguía haciéndome temblar.
    
    Sus manos cubrían mis pechos y yo jugueteaba con sus pezones, los dos nos mirábamos continuamente en silencio, los dos con los ojos descubiertos mientras que el resto los tenían tapados con aquellas vendas negras, oía los gemidos de los chicos como si fueran unos animales, los ronquidos de Luis agotado junto a nosotros, oía los gemidos de mi amigas como los míos, antes de Alberto, gemidos fingidos; sin embargo, Alberto y yo gemíamos realmente de placer, casi no se nos oía salvo cuando la sentía entrar muy dentro de mí que hacía que involuntariamente pegara un pequeño grito, no solamente era el sonido sino también nuestras caras que reflejaban todo el placer que nos estábamos dando mutuamente, quería besarle nuevamente, quería sentir su boca con la mía, intentar que sus labios apagaran el incendio de los míos, o que ardiéramos en un mar de llamas.
    
    Me tumbé para besarle, uniendo nuestros cuerpos sudorosos, mis pechos ...
«12...5678»