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Cuatro me aman, y las cuatro son ajenas
Fecha: 29/08/2025, Categorías: Incesto Autor: suruminga, Fuente: CuentoRelatos
... el padre de ellas. - “Bien, a pesar de que no suele hablar, sino ladrar, y además lo quiero mucho”. - “Quién lo diría, pues no se deja querer”. - “Es que, además del parentesco, gracias a él tengo cuatro bellísimas mujeres a las cuales amo”. - “Te agarré lengua larga, metiste la cabeza en la boca del león ¿y a quién querés más?” - “Querida Melina, como ninguna es igual a la otra, tengo una manera de amar particular, específica y exclusiva para cada una. Y lo mejor es que ninguno de los afectos ha sido elaborado, diagramado o pensado; los cuatro son espontáneos, salieron solos a medida de la destinataria”. - “De todos modos el de mamá debe ser muy distinto por ser casada”. - “Sin duda Lucrecia, ella es mi querida cuñada”. - “Entiendo, pero si te da por abrazarla un rato, y al soltarla vemos que te chupás un dedo da para pensar que hay algo más”. - “¡Pero qué buena idea para agregarle placer al abrazo! Gabriela, cuñada querida, estas jóvenes nos están poniendo a prueba y tratan de sacar de mentira verdad; confiás en mí?” - “Por supuesto”. Acercándola a la mesada la tomé desde atrás y giramos dándole la espalda a las tres que observaban; ahí le dije que hiciera un movimiento ostensible de separar los pies permitiendo que pusiera los míos entre los de ella, para luego mover la cabeza como quien chupa cuello, oreja y mejilla, mientras mi manos iban y venían a la altura de la pelvis. Pasado algo más de un minuto nos dimos vuelta chupándome el dedo ...
... mayor izquierdo, pero antes de terminar el giro escuchamos a la mayor de las hijas, en alta voz y gesto de incredulidad. - “¡Mamá, es increíble lo que acabamos de ver!” - “Hijita, no viste nada porque estábamos de espaldas”. - “No hay que ser muy lista para darse cuenta que te chupaba cuello, oreja y mejilla, y encima te metía mano como un loco. Y encima el muy hijo de puta se chupa el dedo” - “¡Melina, qué palabras son esas!” - “Perdón, Ale dame el dedo que te chupaste”. Hice lo que me pedía mientras metía la mano izquierda entre el cuerpo de Gabriela y el mío. Mi sobrina olió el dedo y me miró extrañada, luego cayó en cuenta que yo estaba ocultando la otra mano y se le iluminó la cara con una sonrisa. - “Te agarré mentiroso, dame la otra mano”. Olió ella y a sus hermanas les hizo hacer lo mismo. - “Perverso, acá está el olor de la concha de esta . . .”. - “¡Melina!” - “Perdón mamá, me dejé llevar”. - “Querida sobrina, estás imaginando cosas”. - “Claro, y el olor es de las mollejas que pensás hacer a la parrilla” - “Si estás tan segura apostemos”. - “Perfecto, si tengo razón me regalás el último modelo de celular”. - “De acuerdo, y si yo gano te puedo tener cinco minutos abrazada como la tenía a tu madre y haciéndote lo que vos decís que le hacía”. - “Que sea otra cosa porque a mi novio le soy fiel. Aunque no importa, no puedo perder, hay testigos presentes. Acepto”. Cuando salí de atrás de la madre y empecé a acercarme su ...