1. El cuñado (Parte 2)


    Fecha: 08/11/2018, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... toda la familia presente y era necesario disimular. No le presté mucha atención y acepté la petición de Bernardo para acompañarlo a andar en patines en la ciclo vía que estaba en la costanera. Luego de colocarme un enorme sombrero y bañarme en protector, además de la promesa que estaría bajo la sombra de los árboles, mamá me permitió ir. Ambos nos pusimos nuestro equipamiento y nos fuimos a patinar. Fue un momento agradable, aunque pudo ser mejor si mi cuerpo hubiese estado en mejores condiciones. De todas formas estuvo muy entretenido y nos reímos bastante. Al cabo de un rato, Bernardo pidió que nos sentáramos a descansar. Caminamos hasta un árbol que se erguía entre dos enromes palmeras, y nos refugiamos en su refrescante sombra. Hice una mueca al sentarme sobre el césped. -¿Estás bien? . preguntó mi hermano. -Sí, todo bien –dije rápidamente. -Es que hiciste un gesto doloroso cuando te sentaste. ¿Había una piedra o algo? -Jajaja… No, es sólo que me dejé caer muy brusco –sonreí. Mi respuesta lo convenció y comenzamos a hablar del colegio y de su universidad. Le hablé sobre los chicos que me molestaban, y él me habló de que estaba teniendo problemas con sus amigos. En resumen, repasamos toda nuestra vida, en lo que fue una conversación de hermanos bastante agradable. -Evita las peleas –me aconsejaba-. Si alguien llega a los golpes es porque no tiene la inteligencia suficiente para formular un argumento. Tú eres mejor que eso. Y, si el enfrentamiento es inevitable, procura que ...
    ... el primer movimiento lo haga él. -¿Por qué? –pregunté-. No me hace mucha gracia quedarme quieto y recibir un golpe. -No tienes que recibirlo –sonrió-. Lo esquivas. El punto de que él haga el primer movimiento es que, cualquier cosa que hagas después, será justificada como una defensa. Es ahí donde, con la parte proximal de la palma de la mano, le pegas en la nariz. Te prometo que después de eso, no le quedarán ganas de meterse contigo. Luego me explicó algunas técnicas de defensa y me pidió levantarme. Nos quitamos los patines y nos quedamos descalzos sobre el césped. Estuvimos mucho rato practicando llaves y formas de esquivar golpes. Debo confesar que se sintió agradable cuando su cuerpo fibroso envolvió el mío. Sobre todo cuando se acercó por mi espalda y sus manos cruzaron mi pecho. Su aliento en mi cuello, sus pectorales en mi espalda, su calor acariciando mi cuerpo, su corazón palpitando… Fue peligrosamente agradable. -Obviamente la idea es que no llegues a eso –dijo cuando terminaba de explicar-. Siempre he pensado que las peleas son de la época medieval… ¿Te pasa algo? Preguntó. Y sí, sí pasaba. Estaba sentado, con mis rodillas recogidas y mirando a la nada. Su cuerpo y el exceso de contacto me habían pasado la cuenta. Tenía una erección full HD 4K entre mis piernas, imposible de disimular. ¿Qué me estaba pasando? -Creo que me dio un calambre en la pierna–me quejé. Ya me estaba acostumbrando a improvisar mentiras. -Tienes que estirarla –dijo. Se acercó a mí y con una ...
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