1. El cuñado (Parte 2)


    Fecha: 08/11/2018, Categorías: Gays Autor: angelmatsson, Fuente: SexoSinTabues

    ... -Apúrate, Diego –dijo Bernardo-. Yo igual me quiero duchar y ya llevas mucho rato. -Entra, no te preocupes, ya estoy terminando –era oficial, me rendí ante mis bajos instintos. No sé qué esperaba, en realidad, pero sentía la necesidad de estar así de expuesto frente a él. De alguna forma pretendía seducirlo, quería lograr lo mismo que logré con Robert. Quería que me viera con lujuria, que me deseara… Necesitaba ser tocado, y no soportaba esperar más. Bernardo servía, y en ese momento, no me importaba que fuera mi hermano. Era un hombre, eso era suficiente. La puerta se abrió y lo escuché entrar. Salí de la ducha y lo vi parado frente a mí. Llevaba un bóxer pequeño de color rojo con negro, el torso desnudo y su toalla azul colgando de su hombro izquierdo. Se quedó brevemente pasmado al ver mi cuerpo desnudo y con una fina capa de agua que lo hacía relucir. -¿Me prestas mi toalla? –le pedí, fingiendo que era lo más natural del mundo. Pero era distinto, y se notaba en el ambiente. No era como cuando nos vestimos esa vez en la playa. No era algo fraternal. Mi cuerpo expedía sensualidad y erotismo, disfrazado de inocencia e indiferencia. El aire se volvió pesado. Quizás era mi imaginación, pero sentía el ambiente diferente. Para mí no era suficiente que él me mirara, ya que quería sentir su piel desnuda junto a la mía. Fue así que, cuando salí de la ducha, me resbalé. No fue la mejor actuación, pero sirvió para que Bernardo diera un par de zancadas y cruzara su brazo por mi ...
    ... cintura. Su brazo… tan fuerte y a la vez tan gentil. Me atrajo hacia él y mi pecho se pegó al suyo, dejando una película de humedad allí. -Pies de mantequilla –sonrió. Su voz sonó diferente, casi como intentando controlarla para que saliera natural. -Perdón –dije. Aún me tenía agarrado. Cuando se dio cuenta de que ya no era necesario sostenerme, me soltó y acomodó rápidamente su toalla. Me hice a un lado y tomé mi toalla para comenzar a secarme. Bernardo se quedó al lado mío y comenzó a desvestirse para entrar a la ducha. Noté que de reojo observaba cada movimiento que yo hacía. Por esa razón, decidí que tenía que tardarme un poco en el proceso de secado, moviéndome lentamente y con inocente sensualidad. ¡Bum! Culpa. Horrible, amarga y dolorosa culpa. Es mi hermano, y estaba en proceso de seducirlo. Era tan impensable que yo hiciera algo así, pero después de esa noche había salido un ser distinto, un nuevo yo. Pero es mi hermano… En mi mente el tiempo se detuvo y me di un breve lapso para arrepentirme. Esto podía salir mal de muchas formas. Vi el espejo y lo descubrí mirando disimuladamente mi trasero. Su pene comenzaba a tomar dureza. Adiós culpa. La toalla se me cayó. Que torpe. Descendí con delicadeza. Sus ojos eran llamados por mi trasero y me siguieron durante el trayecto. Él no sabía que su reflejo en el espejo lo estaba delatando, aunque ya no estaba seguro de si eso le importaba. Jamás, en toda mi vida, había tardado tanto en recoger una toalla. Una vez me incorporé, ...
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