HORMIGONANDO - Relatos Eróticos

HORMIGONANDO

... boca hasta el fondo!
-¡Es tan rica como me dijeron! ¡Qué delicia, por Dios! – Se la entresacaba para hablar e iba nuevamente al fondo, con labios y lengua ensalivando el tronco. - ¿Te puedo…ummm… preguntar algo…uuuummmmm?
-Lo que quieras tesorito…, pero no dejés de mamar…, me gusta…
-Si papito… a mí también, mucho. – Fortaleció la mamada. – Sin que te ofendas, ¿cuántos años tenés?
-No me ofendés, para nada. Tengo 55…
-¡Uy Dios! ¡Me llevás cuarenta! ¡A las qué habrás cogido para hacerlo tan bien!
-¡Jajaja! Y…, si…, varias veces… Pero vos estás mejor que muchas de las mujeres a quienes se la metí. ¡Mucho mejor! ¡Pocas tienen un culo tan hermoso como el tuyo!
-¿Te parece? ¡Me pongo en cuatro, así lo ves bien y me la metés!
-¡Si, dale!
Cuando se colocó en el borde de la cama, la volví a besarla toda, desde el clítoris al
ano. ¡Está exquisita! ¡Gloriosa!
-¡Jajaja! ¡Podrías ser mi abuelo!
-¡Qué exagerada! – Yo seguía besando. ¡Es tan linda!
-¡Si, papito! ¡No exagero nada! Cuando nací vos tenías 40 años… O sea…, que si fueras mi abuelo…, me la podrías haber metido desde mucho antes… ¡lo que me perdí!
-¡Sos una careta! ¡No te habría hecho daño! 
-¿Por qué daño? Lo hubieras hecho despacito…, poquito a poco…, así me habrías abierto la conchita y el culo… ¡Qué lindo hubiera sido! De cualquier manera me los abrió mi padre, pero no fue muy suave. Pero…, bueno, hagámoslo ahora. Métemela por favor. ¡Tengo muchas ganas! 
Se la metí hasta los huevos y empezamos un mete y ...

... saca brutal. Tina me acompañaba con las caderas. No me enanqué porque pensé que no me iba a aguantar. ¡No pesaría más de 45 kilos, con 1,50 de estatura!
Aproveché para separarle las nalgas y mirar cómo entraba y salía la pija de tan hermoso culo. Tina gemía y gemía al compás de las sacudidas, con los labios apretados y los ojos cerrados. 
-¡Acabooooo! ¡Ahhh! ¡Ufff! ¡Ahh! ¡Te lo estoy echando dentro del culo! ¡Todo va a las tripas! ¡Uff! ¡Tesorito! ¡Qué hermoso culo qué tenés! ¡Por adentro y por afuera! – Yo estaba arrobado ante tanta belleza.
-¡Haaaa! ¡Aahhhhh! ¡Papito! ¡Qué rico!
¡Le llené el culo de semen! ¡No pude contenerme! A ella le pasó lo mismo. ¡Acabó junto a mí! 
-¡Qué lindo papito! ¡Nunca disfruté tanto con una pija en el culo! ¡Qué tibia es tu lechita! ¡Quiero probarla! 
-Luego te daré más…
-¡En la boca! ¡La quiero en la boca! – Se puso la mano en el culo y la llenó de semen. Se la llevó a la boca. - ¡Uy si! ¡Es riquísima!
-Ahora podemos seguir cogiendo, pero tengo que recuperar más semen.
-Hagamos un 69 papito… - Me acosté y ella se colocó rápidamente encima. Las pildoritas sirven para tenerla dura, aunque no te proveen de semen. De todas maneras es un placer chuparle la conchita y sentir la pija en su boca, acariciada por la lengua…
	Estuvimos como diez minutos. Tina me llenó boca y rostro en dos oportunidades…
-¡Papi, papito! ¡Me hago pis!
-¡Dale! ¡Hacé, hacé! ¡Me lo trago todo! – La tomé de los glúteos para que no se separara. ¡Gran meada a mi ...