HORMIGONANDO - Relatos Eróticos

HORMIGONANDO

... costados, y beso el vientre, el ombligo, el monte de venus, mientras acaricio sus piernas. Voy nuevamente al clítoris. Le paso la lengua por la húmeda concha, sorbo todo. ¡Una mujer total! ¡Y le gusta lucirse ante sus amigas!
-¿Te gusta, mi amor? ¿Estás bien?
-¡Si papito! ¡Qué rico todo! ¡Mamita tiene razón! ¡Tú poronga es exquisita! ¡Hermosa! ¡Maravillosa! ¡Quiero seguir chupando!
	Volví a acostarme sobre la alfombra. Tina se colocó entre mis piernas, rápidamente fue a la pija. Se colocó de manera de no molestar a la vista desde la ventana. ¡Otra de sus geniales mamadas! Luego de varios minutos se me ocurrió un jueguito. 
-¡Mi amorcito! Traé algo que está en la frutera, sobre la mesa de la cocina. – A propósito yo la nombraba con toda ternura.
-¿Qué cosa?
-¡Jajaja! ¡Cuando la veas sabrás que!
	Se levantó y fue corriendo. ¡Qué hermoso cachetea! ¡Cómo se aplauden los glúteos! Al segundo volvió sonriendo. ¡En la mano la banana!
-¡Jajaja! ¡Sos un pervertido! 
-¡Peor! ¡Soy un viejo degenerado y comilón! – Separé la piel y le indiqué a Tina que se siente en el sillón. Levanté sus piernas y lo fui introduciendo en la concha. Como estaba todavía poco maduro, el plátano entraba bastante, tres o cuatro centímetros. Ella miraba sonriente como se lo introducía. Soberanamente sabroso. Lo saqué y le di el primer mordisco. Un par de centímetros. Lo llevé a la boca de Tina. Comió otro par de centímetros. 
Volví a penetrarla con el plátano y volvimos a comernos los ...

... centímetros enterrados.
-¡Jajaja! Pronto se acaba… - Tina gozaba de mi ocurrencia. 
-¡Jajaja! ¡No me digas que no es sabroso!
-¡Sííí! ¡Gusto a mis jugos y a tu semen. ¡Jajaja!
-¡No se desperdicia nada!
-Otro día voy a filmar como nos comemos la banana. 
-¡Jajaja! ¡Te gustó!
-Si, mucho…  
	Supongo que las amiguitas se habrán asombrado.
-Mi amorcito…, ¿te quedás toda la noche? 
-Y… si…, sí vos querés…, si, me quedo.
-¡Claro que quiero! ¡Sos preciosa, nadie tan hermosa!

-Vamos a dormir un ratito, amorcito. Quiero recuperarme para seguir metiéndotela. - A ella le gusta las guarangadas. - Sentir mi pija en alguno de tus agujeros es hermoso…
-Si, papito, si, hermoso. Tan rico, ¡cómo me gusta!
-¿Tus amiguitas se van a quedar espiando toda la noche?
-¡Jajaja! Ahora se van a la casa de alguna a refregarse un poco entre ellas…
-Ah, ¿les gusta el intercambio bisexual?
-Nos pasa a todas… Cuando andamos calientes y no tenemos ninguna pija a mano, nos conformamos entre nosotras. – Nuestra conversación es matizada por besos y caricias. - Yo les dije que preparen el culito si vienen con vos. Les dije que a vos te gusta mucho darla por el culo.
-Gracias tesoro, sos un amor. Acostate de costado para una cucharita. Levantate un cachete, así pongo la pija entre ambos y me la apretás. 
-Bueno, dale. – Tina acepta gratamente. Nos acomodamos y nos dormimos.

Cuando despertamos ya era de día. ¡Hay que trabajar! La nena dormía. No quise despertarla. Me había dado vuelta para ...