HORMIGONANDO 2 - Relatos Eróticos

HORMIGONANDO 2

... segundo. Le dije a Sofía, la mayor, que le informara lo mismo a Soledad. El contacto “privado” está creado. Hasta que supuse que había llegado el momento. Los mensajes que intercambiábamos eran bastantes obvios…, sugerentes y calentitos. Hasta que recibí uno de Sofía “podés venir a tomar el café”. Más o menos una contraseña. Efectivamente, el café estaba “preparado”. Y pusimos en práctica lo que se me había ocurrido.
-Voy al baño. – Miré a Sofía a los ojos. Los escritorios de ambas estaban juntos. Ellas habían acordado el “turno”.
-Un momento ingeniero. Llevo papel y toalla. Creo que no hay. – Prioritaria la mayor.
Sofía tomó ambos elementos y fue hacia el baño. Su hermosísimo culo se desplegó ante mí, con el bamboleo justo para ponerme al palo. Ingresó al baño. No faltaba ni papel ni toalla. Cerré la puerta con el cerrojo. Mientras ella dejaba los objetos sobre los lugares posibles, me puse atrás, tomándola de las tetas, le apoyé el bulto, paró el culo y acomodó los glúteos. Besé el cuello, las orejas, y la giré. Nos besamos con las lenguas en lucha feroz, mientras amasaba las tetas. Sofía bajó sus manos al cinto de mi vaquero. Yo bajé las manos a su culo y a la tapa del inodoro.  
-Subite aquí. - Le señalé la tapa, de madera por suerte. La tomé de la cintura y ayudé. Le subí la pollera y arrimé mi cabeza. Corrí la tanga y metí la lengua. No veía demasiado, pero no me importaba. Es riquísima, dulce, levemente agria, y húmeda. No podía dejar de lamer, desde la vulva al ...

... clítoris. Sofía me apretó la cabeza con ambas manos. Lamí, besé, chupé y tiré con los labios. ¡El orgasmo fue brutal! Casi me ahoga. No le di tiempo a otra cosa. Sofía gemía y se tapaba la boca. Me bajé los pantalones, la bajé de la tapa y me senté. Le saqué la tanga y la senté a horcajadas. La clavé de una, hasta el fondo. ¡Con tanto fluido no hizo falta ninguna lubricación! La cabalgata fue casi violenta. 
-¡Dios! ¡Ay diosito! ¡Qué rico! – La nena estaba entusiasmada. A los dos minutos otro orgasmo.
-¡Abrite la blusa! ¡Quiero chuparte! – Sofía desprendió los botones y se bajó el corpiño. ¡Hermosas  tetas! Duros y hermosos limones, con intenso rosado en los pezones. Me dediqué a lamer…, en lo posible, cuando su cabalgata me lo permitía. Así varios minutos. 
-¡Mamita! ¿Te acabo dentro? 
-No, no. ¡Estoy en días fértiles! – Sin más reclamo se desensartó y arrodilló entre mis piernas. La pija estuvo al instante entre sus labios. 
-Si, muy bien… - Yo la alenté, aunque no hacía falta. La mamada fue profunda e intensa. Los chorros de semen salieron ansiosos. Tragó gratamente con la mejor sonrisa y una mirada como para empezar de nuevo. Me la dejó impecable. Se limpió con el higiénico, nos acomodamos la ropa, el cabello… y salimos. 
-¿Todo bien? - Soledad sonreía mientras preguntaba. Sin duda debe haber estado oyendo tras la puerta, vigilando el movimiento del contador. 
-¡Todo fantástico! - Contestó Sofía. 
-Un cafecito viene bien. Lo mantuve calentito. - Soledad sirvió en ...