LA VIRGINAL HISTORIA DE VIRGINIA 2 - Relatos Eróticos

LA VIRGINAL HISTORIA DE VIRGINIA 2

-¡Sos maravilloso! ¡Cogés tan lindo! -  Me acosté. Virginia colocó su regazo bajo mi cabeza. Estaría suficientemente levantado para ver la mamada de Betty. Se arrodilló entre mis piernas y se puso a mamar. Al ratito quise cambiar. Lo hago para que dure más. La puse boca arriba y me arrodillé sobre su cara. Se la metí en la boca para cogerla. Adentro-afuera, adentro-afuera. Ella me pajeaba con sus manos. Su lengua lamía desde el glande a los testículos. 
-¡Hasta el fondo! ¡Si! ¡Si! ¡Hay vaaaa! - La llené hasta la garganta. Tragó todo. 
-¡Uy! ¡Riquísimo! ¡Tan rico! ¡Único! ¡La cremita de los ángeles! – Betty se relamía. Virginia fue a besarla.
Nos quedamos los cuatro sobre la cama. Claudia se acostó sobre mí, con mi pija entre sus piernas. Y me besaba, con sus lindos besitos en mi boca. Con su lengüita acariciaba mi paladar. Quedé agotado. Todo genial.
-Betty, tesoro, querés venir con nosotras a casa.- Virginia quería llevarse a su amante urbana al pueblo.
-No, no. Luego voy por mi cuenta. Haré de cuenta que voy a la ciudad, pero voy al pueblo…
Mientras hablábamos le metí los dedos dentro de las conchas a ambas, Virginia y Betty. Al rato fui con los dedos a sus culos. Claudia se movía para acariciarme la pija con sus muslos. La tenía perfectamente erguida. ¡Me pajeaba con su cuerpo!
-Tesoro, mi amor, montate, así acabás con mi pija adentro…
-Sí, papito, sí. – Claudia se levantó e inmediatamente se la enterró y comenzó una enérgica cabalgata.
-¡Qué lindo, chiquito y ...

... durito. ¡Es súper calentona la nena! - Betty le acariciaba el clítoris a Claudia.
-¡Me gusta mucho, Betty. En estos días, mamá me va a preparar el culito para que Dani me la meta… - Claudia hablaba a pesar de la cabalgata.
-¡Qué lástima que no tengo hijas para ver cómo te las cogés! – Betty se acomodó sobre mi boca. - No tengo la suerte de Dalia ni Etelvina. ¡Ni siquiera tengo tu lengua en mi concha todas las veces que la tienen ellas!
	La pelirroja no se perdía ni una guarrada.
A los dos minutos, Claudia tuvo el orgasmo que buscaba. Betty la levantó y la puso frente a su boca. Betty sentada sobre mi boca. La nena parada frente a ella, con las piernas abiertas para no pisarme. La chupó toda. Yo no veía, pero tenía mis manos sobre las tetas de la amante urbana de Virginia. Escuchaba los gemidos de Claudia. Tuvo otro orgasmo. Virginia me chupaba la pija.
Quedamos unos cuantos minutos tirados sobre la cama, recuperando respiración normal. ¡Las tres despatarradas sobre las sábanas! Aproveché para lamer la transpiración de todas.
-Bueno…, chicas, volvamos a casa… - Yo necesito dormir tranquilo. Esto no lo dije, sólo lo pensé. 
-Siempre que Romualdo haya terminado con la abuelita y mamá. – Claudia estaba en todas.
-Seguro. Romualdo no es de tiro largo. – Betty conocía bien a su marido. 

Nos levantamos, nos vestimos –sin bañarnos en esta oportunidad -, y salimos hacia el pasillo que nos habilitaba la salida al parque. En las mesas ya estaban el resto de la gente, muy ...