Un romance en Cancún con la esposa de mi sobrino - Relatos Eróticos

Un romance en Cancún con la esposa de mi sobrino

... nalgas, su vientre, su monte de venus y por su puesto los labios vaginales húmedos que ya tenía, ella se pudo de lado hacia su hijo, yo me bajé mi short y con la erección que ya tenía, comencé a pasarsela por las nalgas, mientras le besaba y lamía su espalda, metí una de mis manos dentro de su top y acaricie sus tetitas con forma de volcancitos,  Mi verga se frotaba ya contra su rajita, el olor a su sexo podía sentirlo en mi nariz. Entonces le levanté su piernita y mi verga la fue penetrando, ella pujó y se tapó la boca, comencé a metersela hasta el fondo, luego fui bombeando lento, como dije su rajita estaba muy caliente, era riquisima, estrechita, seguí moviendo mis caderas y vientre, entrando y saliendo por un buen rato, mientras mi mano acariciaba sus pezones, en eso siento que ella me toma de la mano y me la aprieta, en ese momento supe que se esta corriendo mi deseada Dayana.  Mordió su puño para no gritar o gemir fuerte, yo seguí bombeando mi verga en su super mojada rajita.  Mis movimientos lentos me ayudaban mucho para resistir un buen tiempo sin eyacular, pues su vagina era bien estrechita y me apretaba la verga, produciéndome un enorme placer.  Seguí fácilmente otros quince o veinte minutos entrando y saliendo dentro de Dayana.  Vi de nuevo que estaba por correrse de nuevo, entonces, la empujé un poco y casi la puse de espalda debajo de mi y arremetí contra ella, mi verga la metía con más fuerza y profundidad, ahora si me llegaron las ganas de acabar, la esperé ...

... y cuando noté que se mordía el puño de nuevo aceleré y mi verga dio varios latigazos de semen, uno, dos, tres, varios chorros de semen se insertaron dentro de su vagina.  Por fin vino la calma, me quité de encima y me puse mi short, ella se quedó un rato casi boca abajo.  Me levanté y en la oscuridad me fui al cuarto de baño a asearme, mi verga aún estaba erecta.  Regresé y ahora fue ella la que se levantó y fue al baño.  Ya se había puesto su short y compuesto su top.  Al regresar nos dormimos como si nada hubiera pasado.

Eso fue solo el inicio.  Al otro día luego ir a varios lugares turísticos del lugar, regresamos al hotel como a las cuatro de la tarde, otra vez cansados de caminar, mi sobrino, esposo de Dayana, era buen libador, se fue directo al bar del hotel, yo estuve con él un rato.  Todos los demas o en la habitacion o en las piscinas.  Llegada la noche, por supuesto le habia dicho a Dayana que nos escaparamos un rato a las piscinas, ya eran como las 9:30 pm, y había mucho calor.  Les dijimos que quienes querían ir a las piscina, los niños no porque ya debían dormir, yo cruzando los dedos para que nadie nos acompañara, y nadie quiso, nos fuimos Dayana y yo.  Las piscinas del hotel eran larguisimas y varias, había un área de piscina, que esta cercana a la playa, que ya estaba cerrada, hacía allí fuimos, las luces ya apagadas de esa área, nos fuimos casi al final, no había gente solo nosotros.  Dayana llevaba una toalla enrollada, se la quitó y me preguntó si le ...