Un romance en Cancún con la esposa de mi sobrino - Relatos Eróticos

Un romance en Cancún con la esposa de mi sobrino

... gustaba su traje, uff, era de dos piezas, y se veía riquísima, me dijo que ya que su esposo no había querido acompañarla, que yo disfrutara su traje.  Nos metimos a la piscina y pronto llegaron los besos y tocadas,  le mamé sus tetitas y pronto le quité todo su traje, ella me decía que no, pues alguien podía venir, pero finalmente la dejé desnudita para mi.  Dentro de la piscina la cargué y colocándola alrededor de mi cintura y la penetré.  Quedamos prendidos de nuestros sexos, yo la subía y la bajaba sobre mi dura verga, ella me besaba y movía su cintura.  Ahora ella si podía gemir y lo hacía con ganas, no había problema, porque del otro lado de la piscina había música fuerte.  Asi que los dos podíamos gritar nuestro rico palo.  Ella no tardó en correrse encima y a los pocos segundos yo la seguí, le inundé de esperma su vagina de nuevo.  Luego nos fuimos a la orilla de la piscina, nos dijimos algunos cumplidos sexuales.  Ella destacó el tamaño de mi pene y yo la estrechez de su vagina luego de dos niños.  Luego seguimos besándonos muy húmedo con lenguita y todo.  mi verga empezó a crecer de nuevo, ella la acarició con su delgada mano y entonces se metió a la piscina yo me quede sentado en la orilla y ella comenzó a chuparmela muy rico, hasta dejarmela durísima.  Ella salió de la piscina, tiramos nuestra toallas al piso y allí en la orilla, la tendí y me puse sobre ella y la volví a penetrar con fuerza, al estilo misionero, me la cogí duro con duros bombeos y poniendo sus ...

... pies en mi boca los chupé, le pase la lengua entre sus dedos mientras no dejaba de penetrarla y ella no dejaba de gemir y aullar de placer.  Solo los dos cogiendo con la luz de la luna.  Aceleré y ambos llegamos a nuestro climax.  Nos quedamos un rato estáticos en la misma posición, sentí cuando mi verga disminuyó de tamaña y salió de su rajita.  Nos vestimos y nos fuimos de regreso, al entrar mi sobrino me preguntó como estaba allá afuera, le dije que había mucho ambiente, pero un poco de frio.  No notó nada.  Esa noche nos dormimos todos, incluso Dayana y yo, dormimos cansados con una sonrisa en los labios.

El tercer día.  Casi similar en cuanto a actividades, salimos a una isla cercana, caminamos mucho, comimos y bebimos mucho.  Regresamos casí a las seis de la tarde al hotel, muy cansados, mi sobrino al bar a libar, los demás en la habitación comentando lo sucedido del día entre comentarios y bromas.  Nuevamente con Dayana preguntamos quien quería ir a la piscina, tipo 10:00 pm, nadie quiso, los niños dormidos, mi sobrino en el bar, y las mujeres a platicar mucho.  Nos dirigimos a la parte oscura de la piscina, pero esta vez le dije que nos fueramos a la playa allí hay sillas de playa, y yo había visto varios camastrones a la orilla de la playa, allí solo la luz de la luna y casi un silencio profundo.  Pusimos las toallas como cubrecama y nos acostamos allí, nuevamente a besarnos y tocarnos nuestros sexos.  Yo tomé la iniciativa y luego de quitarle su traje de baño, le ...