LA CRUEL Y DESPIADADA TÍA ÚRSULA. - Relatos Eróticos

LA CRUEL Y DESPIADADA TÍA ÚRSULA.

CAPITULO I

Mi vida cambió por completo el día que conocí a la Tía Úrsula. Muchos os preguntareis. ¿Cómo es que no conocía a mi tía? Es una historia antigua familiar. El culpable de todo fue mi padre. Era un completo sinvergüenza que se aprovechó de mi madre y la engañó por completo. Prometió la luna a mi madre y después de nacer yo se marchó rápidamente con otra mujer, abandonando a mi madre y a mí,  no quería tener ninguna responsabilidad. Mi madre perdió  a su familia, tanto mi abuela como mi tía la echarían de casa si continuaba saliendo con ese hombre (mi padre). Mi tía y mi abuela no se equivocaron en absoluto, mi padre era un verdadero cretino. Ellas llevaban razón y el tiempo lo demostró. Aunque doy gracias que mi madre desoyera a su familia ya que sino, no hubiese nacido yo. El precio fue que nunca más volvió mi madre a tener relación con su familia tras abandonar su casa con mi padre que posteriormente nos abandonaría. 

La vida en un abrir y cerrar de ojos puede cambiar por completo. Mi madre enfermó e ingresó en un hospital. Los médicos nos indicaron que era muy probable que muriese en poco tiempo, no había nada que hacer. Estaba a punto de quedarme huérfano. Ya debería ser un hombre hecho y derecho   y saber cuidarme de mi mismo debido a mi edad, pero no era así, era un verdadero cretino al igual que mi padre. Estaría cerca de la treintena de años por aquel entonces y me comportaba como si fuese un niño. 

En el hospital conocí a la hermana mayor de mi ...

... madre, la tía Úrsula. Llevaban tiempo sin verse y sin hablarse, la última vez fue en el funeral de mi abuela. La enfermedad grave de mi madre cambió todo, tanto mi tía como mi madre se olvidaron del pasado y se centraron en el presente. La muerte para mi madre estaba cercana y mi tía quería pasar los últimos momentos con su hermana. Al final la suerte nos sonrió inesperadamente, mi madre remontó el vuelo y salvo la vida de milagro, ni los médicos se lo explicaban.

En el hospital no intercambié palabra alguna con mi tía Úrsula. Ella desprendía un fuerte odio hacia mí, era de manera indirecta el culpable de todo lo sucedido. La recordaba por completo a mi padre. Cada vez que me miraba ella veía a mi padre en mí. Mi tía me odiaba por completo, la recordaba al cretino de mi padre que deshizo la familia por completo. A mí me daba igual que no me mirase o me odiase, no me caía bien mi tía. Era una mujer muy seria y con una gran altivez, una persona que al observar su rostro ya reflejaba antipatía y seriedad. Mi tía siempre debía llevar razón en todo y daba órdenes constantemente a quien hubiese alrededor. 

El médico nos indicó que mi madre se había salvado pero requeriría de una larga recuperación. Debía permanecer reposo en cama durante una temporada y si hacía caso a los médicos pronto regresaría a su vida cotidiana, todo habría sido una pesadilla de la que habría despertado afortunadamente. El problema llegó aquí. Yo era incapaz de cuidarme de mi mismo, así que cuidar de mi ...