LA CRUEL Y DESPIADADA TÍA ÚRSULA. - Relatos Eróticos

LA CRUEL Y DESPIADADA TÍA ÚRSULA.

... madre era algo impensable. Mi tía se ofreció a cuidar de ella. Tendríamos que ir a vivir a casa de mi tía durante una temporada hasta que se recupersase mi madre, ella guardaría reposo en cama, mi tía Úrsula la atendería.

La idea no  me gustaba nada, pero no había otra opción. Debía estar agradecido porque mi madre salvó la vida de forma milagrosa, pero solo estaba enfadado por tener que ir a vivir a casa de la antipática Tía Úrsula. Justo antes de abandonar el hospital donde nos esperaba una ambulancia destino a casa de mi tía, mi madre me dio un consejo, una recomendación, la cual me parecía muy extraña.

-	Hijo, no hagas enfadar a la Tía Úrsula. Es una mujer muy temperamental y estricta, lo heredó de tu abuela. Ten cuidado con sus guantes -  . Tras oír su consejo, pensé que mi madre deliraba por los medicamentos. Aquello no tenía sentido. ¿cuidado con sus guantes?, es que ¿lanzaban rayos ?... Era absurdo. No le presté mayor importancia a su comentario, aunque más adelante comprendí  todo por completo.

Aquí llega el momento de describir a los tres personajes de esta historia. Mi madre, una mujer luchadora que fue engañada por mi padre. Desde entonces no ha vuelto a tener hombre alguno en su vida  al quedar escarmentada y solo se ha dedicado a trabajar y trabajar en una fábrica  todos los días para sacarme adelante. Yo, un completo cretino, heredé los genes de mi padre. Holgazán, sinvergüenza, maleducado… . En lugar de cuidar de mi madre y ser yo el que trabajase, ...

... era ella quien me sacaba adelante de todos mis problemas y ya tenía una edad considerable para responsabilizarme de mi vida. Mi tía, una mujer muy estricta, lo aprendió de su madre, mi abuela. Mujer seria, responsable, gran altivez, mandona y terriblemente estricta con la limpieza. Un gran secreto escondía mi tía, pero todavía es demasiado pronto para revelarlo.

Llegamos a casa de la tía Úrsula. Un enorme casoplón de dos plantas. Heredó la casa de mi abuela. A mi madre la desheredó mi abuela. Aquella casa era para perderse en ella, compuesta de dos plantas y un enorme jardín. Mi madre se instalaría en la planta de arriba que era más tranquila  y a mí me cedieron un cuarto en la planta de abajo. 


La primera semana en casa de mi tía fue horrible. Mi tía Úrsula cuidaba de mi madre con gran diligencia. Pasaba gran cantidad de horas con ella en la habitación de la cama. Mientras tanto yo aburrido viendo partidos de futbol, bebiendo cerveza, fumando y a la menor ocasión me marchaba de casa en busca de mis amigos para seguir haciendo lo mismo, es decir…. Beber… fumar… meternos en problemas. La casa de mi tía estaba impecable el día que entramos en ella, ahora era una pocilga de cerdos debido a mí. Mi tía recriminaba mi comportamiento, la suciedad que acumulaba y no limpiaba. Mi comportamiento era inapropiado y aquello produjo múltiples disputas con mi tía. Mi tía me reprochaba mi conducta y yo la faltaba al respeto como respuesta. Observaba el humo que salía de su cabeza llena ...