LA DESPIADA Y CRUEL TÍA ÚRSULA. CAPITULO 3 - Relatos Eróticos

LA DESPIADA Y CRUEL TÍA ÚRSULA. CAPITULO 3

... era el único castigo que no llevaba nada bien. Me retorcí pero me detuvo mi tía entre sus muslos forzando la pera al interior de mi ano.

-	¿Ves este recipiente de agua? Hasta que no introduzca toda dentro de ti no se terminará tu castigo -  Quedé asustado el recipiente era amplio y había bastante líquido. Volvió a sacar la pera de goma y rellenarla de nuevo de más líquido que era agua templada. Volvió a introducir la pera en mi ano con fuerza y agarrarme mis manos atadas entre su otra mano enguantada para detener mis envestidas de dolor. MMMHHHHH gritaba de dolor mientras introducía la pera y rellenaba mi culo. Su castigo fue más duro de lo habitual, estuvimos ambos en el baño durante más de una hora hasta que terminó todo el recipiente  líquido bajo mis lágrimas.


Habían pasado días semanas desde el primer encontronazo con mi tía donde me dejó el culo magullado con su látigo. Mis magulladuras y verdugones ya habían curado. Mi tía Úrsula no estaba nada satisfecha con mi comportamiento, la había retado demasiado en los últimos días, se había percatado de mis nuevos gustos hacia ella. 

-	Esta noche después  de atender  a tu madre, iré a tu habitación. Espérame allí – Fue lo único que me indico antes de subir a la planta de arriba. Estaba nervioso e inquieto sin saber que iba a suceder. Esperé en mi cama pacientemente su llegada.



Sobre las 10 de la noche entró mi tía Úrsula en mi habitación. Llevaba su delantal repleto de objetos. Aquello me recordó al día que ...

... me azotó. La situación iba a volver a repetirse. Me ordenó tumbarme en la cama bocabajo, ya era conocedor que iba azotarme. Empezó a enfundarse sus guantes de goma y mientras lo hacía me hablo de una forma más seria de lo habitual, estaba muy enojada.

-	Llevas días provocándome, retándome, desobedeciendo. Ibas muy bien pero has retrocedido….. La culpa ha sido mía. No he sido lo suficientemente dura contigo. Te dije si volvías a desobedecer se duplicaría el castigo y así va a ser… 200 latigazos te ayudaran a obedecerme sin rechistar y provocarme - . Mis ojos se abrieron como platos, ¿había dicho 200?, aquello sería un castigo tremendo.  Mi tía se acercó hacía mí y sacó unas esposas de metal. De nuevo volvía a sorprenderme con sus objetos.

Esposó  una mano con sus esposas a mi espalda y me condujo hacia el cabecero de la cama donde ancló mi otra mano dejando entre medias el cabecero de madera. Me esposó con las manos a la espalda e inclinadas hacia atrás sujetas al cabecero. Aquella técnica era nueva para mí. Era una posición bastante incomoda pero efectiva ya que me dejaba bien sujeto a la cama con las manos inclinadas hacia atrás.  


-	Voy a asegurarme no puedas mover un solo musculo de tu cuerpo. Va a ser una noche muy larga y no voy a permitir que puedas escapar. El dolor será terrible pero permanecerás quieto sin moverte -  Cerró las esposas con fuerza, el metal me hacía daño en las muñecas, las apretó demasiado fuertes.


-	Señora Úrsula me aprietan mucho las ...