1. LAS TRES GRACIAS


    Fecha: 18/11/2023, Categorías: Hetero Tus Relatos Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... ¡Totalmente! ¡Mi hermana lo adora! ¡Jajaja!
    -Sole es encantadora…
    -Bueno…, ella opina lo mismo… de usted… - Tenerla frente a mí, solamente separados por el mostrador, es casi mágico. ¡Es bellísima! ¡Incluso más que la hermana! Lástima que en domingo el marido debe estar en la casa…, que es la misma donde está el local. - ¿Y? ¿Qué puedo hacer por usted?
    	No le puedo decir lo que realmente quisiera que haga por mí.
    -Pues, no es nada importante, pero molesto. Me levanté con terrible dolor de cabeza y no tengo ni una aspirina…
    -Debe haber pasado un sábado muy “ocupado”. – Su entonación fue con total picardía. Su sonrisa es un amanecer. - No se preocupe, ingeniero. Ya mismo le daré algo que le solucionará el problema… y lo dejará como nuevo. Un momentito. – Cruzó una puerta, que supongo sería el baño, y al segundo trajo un vaso con agua. Tomó algo de un estante. – Tome esto ingeniero. En poquito tiempo estará en condiciones de “empezar de nuevo…”
    -¿Empezar de nuevo? Hoy no trabajo… - A su sonrisa se sumó el brillo de sus ojazos negros… 
    -Me refiero a todas “las tareas” que quiera encarar. – En todas sus palabras siempre hay una doble intención. - No tendrá problemas. Tiene paracetamol. Si sigue la molestia tome otro dentro de cuatro horas…, y si no pasa venga a verme. Aunque esté cerrado me llama en casa ¿si?
    	Si no estuviera el marido, quien trabaja en la obra, vendría aunque esté en el mejor de los mundos. ¡Si! ¡Ahora me doy cuenta! Por eso sabe de mis “ocupaciones”. El ...
    ... marido debe saber de qué nos “ocupamos” con su hermana… ¿La liberalidad en el pueblo será total?
    -¿Esta tarde estará ocupada? – Yo pregunto. Total es gratis.
    -Y… no… Le dije que cuando no estoy de turno, sólo es mediodía…
    -Ah, perdone. No me di cuenta. No la quiero molestar…
    -¿Pensaba venir a la tarde? – Su pícara sonrisa es inconmensurable.
    -No, no…, solamente quería saber si tendría algún tiempo libre.
    -Aaahhh…, pero no. Hoy es el día que mi esposo está en casa… - Lo dijo quedamente, inclinada sobre el mostrador, por lo que aprecié sus hermosas tetas desde el escote. – Pero, durante la semana… puede que sí…, ¿le parece?
    -Es que… ¿me puedes dar el teléfono? – Yo también me incliné sobre el mueble, no solamente para hablar bajo…, sino para ver mejor las tetas, que ella no trataba de ocultar.
    -No te preocupes. – Ella correspondió a mi tuteo. – Le pido el tuyo a mi hermana. Seguro lo tiene ¿no?
    -Si, claro. – Saqué dinero del bolsillo y se lo alcancé.
    -No es tanto. Espera que te dé el vuelto. – Seguimos hablando quedo. ¡Qué no se note el tuteo! – Te llamaré. Sole no es egoísta… ¡jeje!
    Salí casi caminando hacia atrás. ¡No quería perder su visión ni su sonrisa! ¿Será cierto? ¿Tan fácil? ¡Ni siquiera sé el nombre! Bueeee…, veremos qué pasa. ¡Espero que no se le ocurra el mismo día que Lorena o Carla! 
    Volví a casa. Parecía que el dolor se aplacaba…, parecía…  Me volví a acostar, así vestido, como estaba. A esta altura deseaba que Felisa no tuviera intención de volver a ...
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