Celebraciones familiares (3): El cumpleaños (Continuación)
Fecha: 12/11/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos
... condenado. Entre poner un enchufe, colocar burlete en todas las ventanas, topes en algunas puertas y poner aceite en las bisagras se me fue toda mañana. Pero la verdad es que no me podía quejar, los quince minutos de mamada de la joven Carla compensaban de sobra todas aquellas tareas.
Como ya dije en su momento, no soy de esos a los que les gustan las jovencitas sino más bien lo contrario, pero cuando una muchacha bien formada te provoca con descaro no hay que ser imbécil. Un hombre debe dar la cara cuando una hembra pide sexo a gritos. La muchacha era consciente del efecto de sus curvas y gestos en un hombre. A sus casi 18 años la hija de María Luisa no sólo era aplicada con los libros si no también con una buena polla. Ciertamente, la delgada y estudiosa muchacha no perdía el tiempo con su profesor de alemán así que no, no tuve ningún remordimiento por dejar que la muchacha saboreara mi estaca.
En fin, todavía me quedaba lo del grifo de la cocina, pero además de estar abarrotada ya se había hecho la hora de comer. Debería dejarlo para más tarde.
Durante la comida, María Luisa dijo con orgullo que Carla iba a comenzar los estudios de medicina, la carrera universitaria con la nota de corte más alta. Aquella noticia me inspiró una gran idea.
Tras consultar con mi mujer, sugerí a María Luisa que Carla se viniese a vivir con nosotros mientras estudiaba en la universidad, así se ahorrarían una considerable cantidad de dinero. Además, en nuestra casa la muchacha no ...
... tendría que preocuparse por la comida y solamente debería limpiar y mantener el orden en su habitación. Carla se mostró entusiasmada ya que se entendía muy bien con mi mujer, mucho mejor que con su madre con la que tenía peloteras casi a diario. Nosotros procuraríamos que la muchacha se mantuviera centrada en sus estudios como hasta ese momento, estaríamos encima de ella alerta a que no se descarriase por las noches de fiesta o las malas compañías.
Sin embargo a María Luisa mi idea no le hizo ninguna gracia, no sé porqué. Empezó a enumerar cosas en contra que no pude discutir, no porque tuviera razón si no porque llevaba un vestido azul con un escote tremendo y yo no soy capaz de discutir con una mujer que va enseñando las tetas. De todos modos había algo más detrás de aquella tajante y absurda oposición, algo que todavía se me escapaba.
De todas formas aquella polémica pronto derivó en una acalorada discusión madre/hija en plena celebración familiar. Mientras la madre se enconaba en su decisión de meterla en una residencia de estudiantes católica la joven Carla defendía su derecho a decidir donde prefería vivir. María Luisa se empeñaba en que era la mejor opción, barata, tranquila y ordenada, pero para su hija mayor una residencia religiosa era poco menos que una cárcel o un reformatorio. La madre trataba de imponerse a la hija mientras que el padre se mantenía neutral, intentando en vano que ambas comprendieran que no era el momento más oportuno. Así, la una explicaba ...